lunes, 7 de octubre de 2019

Lista de los LUNES: los DIEZ clásicos que quiero leer

¡Bienvenido Octubre! El verano ya ha quedado atrás y ya estamos todos inmersos en trabajo y responsabilidades. Después de haber leído todo lo que me ha apetecido este verano, me gusta empezar el curso tachando algún libro de mi eterna lista de pendientes. Y la lista más larga es la de los clásicos. Esos maravillosos libros que se han hecho un hueco en los más leídos y los más vendidos y que nos hacen estudiar en el colegio sí o sí. Algunos porque cuentan historias profundas, otros porque tienen una prosa magnífica (aunque a veces enrevesada y confusa) y otros... pues porque sí.


De Dickens a Shakespeare pasando por Julio Verne, voy a dedicar el mes de Octubre a las DIEZ CLÁSICOS QUE QUIERO LEER. ¿Alguien se anima?

1. Cinco Semanas en Globo, Julio Verne

Reseña: Cinco semanas en globo, de Jules VerneDe pequeña leí mucho a Julio Verne, desde 20.000 Leguas de Viaje Submarino hasta Viaje al Centro de la Tierra. Pero teniendo en cuenta todo lo que escribió Verne, no es raro que se me quedara alguno en el tintero, y siempre he tenido ganas de sumergirme en ese viaje en globo, la primera obra del ciclo que el propio Verne tituló "Viajes Extraordinarios".

En abril de 1882, el doctor Samuel Ferguson, su amigo Dick Kennedy y su criado Joe, inician en Zanzíbar un viaje sin precedentes: van a sobrevolar África en globo para intentar una auténtica aventura geográfica en el corazón de África, un continente entonces desconocido, objeto de todos los mitos, creencias y supersticiones. Sin perder el sentido del humor, muy inglés, estos tres aventureros nos arrastran en este intenso drama aéreo, que constituye el primero de sus viajes extraordinarios.

"Yo siempre he imaginado que el último día del mundo será aquel en el que alguna inmensa caldera calentada a miles de millones de atmósferas haga estallar nuestro planeta."


2. Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll

Siempre me ha encantado la historia de Alicia y el País de las Maravillas y he visto muchas veces las adaptaciones al cine, tanto la animada de Disney de 1951 como la más moderna de Tim Burton de 2010. Sin embargo, nunca he leído la historia original de Lewis Carroll y estoy deseando meterme de lleno en ese mundo maravillosamente ridículo y mágico de Alicia.

Un caluroso día de verano, Alicia decide seguir a un conejo blanco con chaleco y reloj que parece tener mucha prisa, es más, no hace más que repetir la frase «¡Dios mío, Dios mío! ¡Qué tarde voy a llegar!». Y dentro de su madriguera llegará a un reino maravilloso donde todo es posible: conocerá a personajes inolvidables, algunos un poquito chalados, como el Sombrerero Loco y la Liebre de Pascua, una Oruga fumadora, un pájaro Dodo y... ¡hasta una reina de corazones empeñada en cortar cabezas!

"Alicia estaba ya tan acostumbrada a que todo cuanto le sucediera fuera algo extraordinario, que le pareció de los mas soso y estúpido que la vida siguiera por el camino normal."


3. Cien Años de Soledad, Gabriel García Márquez

cien años de soledadNo he leído nada del archiconocido escritor colombiano. ¡Y no será porque tenga pocas novelas de éxito! Esta novela, que lo consagró y lo impulsó hasta el premio Nobel en 1982, está considerada un clásico a nivel mundial y aunque densa, según dicen, está en mi lista de clásicos desde hace tiempo.

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.

"La casa se llenó de amor. Aureliano lo expresó en versos que no tenían principio ni fin. Los escribía en los ásperos pergaminos que le regalaban Melquíades, en las paredes del baño, en la piel de sus brazos, y en todos aparecía Remedios transfigurada: Remedios en el are soporífero de las dos de la tarde, Remedios en la callada respiración de las rosas, Remedios en la clepsidra secreta de las polillas, Remedios en el vapor del pan al amanecer, Remedios en todas partes y Remedios para siempre."


4. Crimen y Castigo, Fiodor Dostoievski

Crimen y castigoPublicada inicialmente en doce partes en un diario llamado El mensajero ruso, posteriormente fue publicada como novela y está considerada una de las más influyentes e internacionales de la literatura rusa. Esta novela filosófica se centra en la vida en sociedad y en la conciencia tras un crimen, y estoy deseando leerla.

Considerada por la crítica como la primera obra maestra de Dostoievski, Crimen y Castigo es un profundo análisis psicológico de su protagonista, el joven estudiante Raskolnikov, cuya firme creencia en que los fines humanitarios justifican la maldad le conduce al asesinato de una usurera petersburgués. Pero, desde que comete el crimen, la culpabilidad será una pesadilla constante con la que el estudiante será incapaz de convivir. El estilo enfebrecido y compasivo de Dostoievski sigue con maestría única los recovecos de las contradictorias emociones del estudiante y refleja la lucha extrema que libra con su conciencia mientras deambula por las calles de San Petersburgo.

"Me gusta que se equivoquen. En esto radica la superioridad del hombre sobre los demás organismos. Así llega uno a la verdad. Yo soy un hombre, y lo soy precisamente porque me equivoco. Nadie llega a una verdad sin haberse equivocado catorce veces, o ciento catorce, y esto es, acaso, un honor para el género humano."


5. Guerra y Paz, León Tolstoi

Otra de las obras cumbres de la literatura rusa es Guerra y Paz, donde Tolstoi narra las visicitudes de numerosos personajes de todo tipo y condición a lo largo de unos cincuenta años de historia rusa, incluyendo la invasión napoleónica. No soy mucho de literatura realista pero creo que hay que darle una oportunidad a este clásico.

Con la campaña napoleónica -Austerlitz, Borodinó o el incendio de Moscú- como trasfondo, se narra la historia de cuatro familias rusas; los Bolkonski, los Bezújov, los Kurugain y los Rostov, protagonistas de un mundo que empieza a escenificar su propia desaparición. Tolstoi une su visión del amor, su percepción del ambiente social, sus ideas sobre el Estado y su enfoque de la historia, y los aglutina en la Rusia aristocrática de principios del siglo XIX de una manera sublime.

"Sólo las personas que son capaces de amar con fuerza pueden también sufrir grandes dolores, pero esa misma necesidad de amar es lo que les permite contrarrestar ese dolor y así sanar."


6. Cinco horas con Mario, Miguel Delibes

Nunca leí de pequeña a Miguel Delibes, aunque muchas de sus obras son un recurrente en las listas de lectura de la asignatura de Lengua y Literatura de muchos colegios. Este galardonado escritor castellano  recrea la España provinciana de la época a través de los recuerdos de Carmen, incluyendo los conflictos de las "dos Españas". Los que vivieron esa época consideran que es una novela magnífica aunque algunos más jóvenes creen que es una lectura difícil que no engancha. ¿Me atreveré?

Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche. Sobre la mesilla hay un libro –la Biblia– que la esposa hojea. Va leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento, desordenado monólogo en el que la vida pugna por hacerse real otra vez. La pobre vida llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchemos el irritante discurrir de la pequeña y estrecha mentalidad de la esposa. Otro hombre irá poco a poco descubriéndose, para todos menos para ella, con toda su desesperanza y su fe en la vida. 

"Como eso de saludar en la calle sin ton ni son, que me ponías enferma, y tú que ibas pensando en tus cosas, bueno está lo bueno, Mario, cariño, que lo que decía la pobre mamá, "cada hora tiene su afán", porque la gente no tiene obligación de adivinar si eres despistado, maleducado o antipático. ¡Hay que ver las enemistades que te has ganado por eso, y que a lo tonto! Entre esto, tus libros y tu afán de ir contra corriente, te has cargado a la ciudad entera, cariño, y eso no se puede hacer."


7. El Mercader de Venecia, William Skahespeare

De nuevo he de confesar que no he leído nada del afamado Shakespeare, ni Hamlet, ni Otelo, ni siquiera Romeo y JUlieta; aunque sí he visto muchas de sus adaptaciones al teatro y al cine. Siempre me ha llamado la atención esta tragicomedia ambientada en la Italia imaginada por Shakespeare y creo que puede ser una buena opción para empezar a leer más de el Bardo de Avon.

"El mercader de Venecia" se estructura en torno a la anécdota del fracaso de un aval y la sanguinaria reclamación del usurero Shylock, y la relación amorosa entre el noble Bassanio y Porcia, rica y hermosa huérfana. Pese a estar teñida del antisemitismo propio de la época, el judío Shylock se revela como uno de los grandes tipos shakespearianos y el personaje de más fuste y vigor de la obra. Y si las tres parejas de amantes que acaban felizmente unidas en el último acto representan el lado amable del drama, para nuestros tiempos son los personajes del arruinado y derrotado Shylock y de Antonio, "el mercader de Venecia", tan desdichado al final con su ganancia como el judío con su pérdida, los auténticos protagonistas del mismo.

"Ha infamado mi nombre y me ha hecho perder medio millón. Se ha reído de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Ha insultado a mi raza, hundido mis negocios, enfriado a mis amigos e inflamado a mis enemigos. ¿Y cuál es su razón? ¡Que soy judío! ¿No tenemos ojos los judíos? ¿No tenemos manos? ¿Órganos? ¿Dimensiones? ¿Sentidos, afectos, pasiones? ¿No comemos lo mismo? ¿No nos hieren las mismas armas? ¿No sufrimos las mismas dolencias y nos curan los mismos remedios? ¿No sufrimos en invierno y en verano el mismo frío y el mismo calor que los cristianos? Y si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos? Si nos envenenáis, ¿no perecemos? Y si nos ofendéis, ¿no vamos a vengarnos? Si en todo lo demás somos iguales... ¡También en eso lo seremos!"


8. El Príncipe, Nicolás Maquiavelo

Resultado de imagen de el principe nicolas maquiavelo portadaGracias a esta famosa obra, la de mayor renombre del autor, se acuñaron el sustantivo maquiavelismo y el adjetivo maquiavélico. Su reputación de libro perverso, de manual de déspotas, y la polémica interpretación todavía no cerrada sobre el verdadero fin y significado de sus palabras explican la fascinación que esta obra sigue causando siglos después de su publicación. 

En los duros momentos de su reclusión en San Casciano, acusado de conspiración contra los Médici, Maquiavelo compuso este tratado de doctrina política con la finalidad tanto de alcanzar el favor de aquellos que le habían privado de la libertad y recuperar su antiguo empleo de canciller como de ser útil a Florencia. En "El Príncipe" recogió sus reflexiones, experiencias personales y ejemplos históricos destinados a cimentar sobre bases sólidas el poder del futuro gobernante, un príncipe que llevase a cabo el sueño de Julio II: la liberación de Italia de los "bárbaros". Y lo dedicó a Lorenzo de Médici. 

"Al apoderarse del  un Estado, todo usurpador debe reflexionar sobre los crímenes que le es preciso cometer y ejecutarlos todos a la vez, para que no tenga que renovarlos día a día."


9. Oliver Twist, Charles Dickens

Desde que leí Matilda, he deseado leer más clásicos, sobre todo los de Dickens, que era uno de los autores favoritos de la pequeña prodigio. Tras Cuento de Navidad, no he tenido oportunidad de leer nada más de este reconocido novelista inglés pero siempre he tenido ganas de leer Oliver Twist, la primera novela inglesa con un niño protagonista.

La historia del pequeño Oliver, criado en un hospicio, empleado y maltratado en una funeraria, que al escapar rumbo a Londres es reclutado por una banda de ladrones que él no reconoce como tales, no sólo es un soberbio escaparate de celebérrimas creaciones dickensianas (Fagin, el jefe de la banda de delincuentes juveniles, el ladronzuelo Jack Dawkins, el asesino Sikes, la prostituta Nancy, el misterioso Monks, implacable perseguidor de Oliver), sino un magnífico y trepidante relato sobre la inocencia acosada.Los distintos protectores que el héroe va encontrando en su camino nos descubren al Dickens idílico y sentimental y gracias a ellos una trama de secretos tan dramáticos como finalmente felices.

"Hasta que estas pasiones no mueren y dejan de dominar el cuerpo para siempre, las nubes de tormenta no se disipan y despejan así la superficie del cielo.


10. Madame Bovary, Gustave Flaubert

Libro Madame BovaryY por último, no puedo dejar de incluir uno de los grandes clásicos de la literatura francesa con una de las adúlteras más famosas de la historia como protagonista. La pluma delicada de Flaubert y esa capacidad de encontrar le mot juste (la palabra exacta) a la hora de escribir han convertido a Madame Bovary en una polémica y célebre obra de realismo romántico que rompió con todas las convenciones morales y literarias del siglo XIX.

Emma Rouault, una mujer soñadora e insatisfecha que, para escapar al tedio  de la vida matrimonial y provinciana con Charles Bovary, se entrega primero a un aristócrata libertino y después a un pasante de notario. La mediocre heroína, plagada de contradicciones y obnubilada por la lectura de novelas romanticoides, no se resigna al papel de esposa y madre que el destino le ha preparado y, en su búsqueda de la felicidad, se deja llevar por la pasión y el autoengaño hasta que acaba convertida en una figura trágica.

"Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero como la felicidad resultante de este amor no había llegado, debía de haberse equivocado, pensaba, y Emma trataba de saber lo que significaban justamente en la vida las palabras felicidadpasiónembriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros."


¿Vosotros sois de leer libros clásicos sólo porque son clásicos? ¿Es una afición o más bien obligación? Por supuesto, faltan muchos en esta lista. Tenéis más ideas aquí y aquí.

¡Espero que os hayan gustado!

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