Título: Listas, guapas, limpias
Autor(a): Anna Pacheco
Año: 2019
Año: 2019
Género: Ficción.
Puntuación: 4'5/5
SINOPSIS
Una estudiante regresa al barrio humilde en el que se crió para pasar un verano junto a su abuela enferma. Todo lo que ocurrirá durante ese largo agosto le cambiará para siempre.
Es el comienzo del verano y la protagonista de Listas, guapas, limpias quiere dejar a su novio, pero hay algo que se lo impide. También hay algo que le hace dudar cuando llega a una fiesta llena de desconocidos y le piden que sea ella la que ponga la próxima canción; o cuando está con su madre en el supermercado del barrio y tiene que escoger una marca de pizza congelada para la cena; o incluso cuando está hablando con su amiga de infancia, Yaiza, y no es capaz de sincerarse sobre sus planes de futuro. Ese sentimiento paralizador no es otra cosa que su conciencia pisoteando cada una de las grandes o pequeñas decisiones que deberá tomar ahora que a ojos de todos ya es una mujer adulta.
A través de una primera persona íntima pero también ácida, en este primer asalto a la ficción de la periodista Anna Pacheco encontramos a una mujer en permanente conflicto con sus ideas políticas, la construcción social de su género y de su clase. En Listas, guapas, limpias no faltarán, además, las referencias a la cultura pop de los 90 y los 2000, la exploración de la sexualidad femenina y una constante cascada de ideas cargadas de humor negro.
Una estudiante regresa al barrio humilde en el que se crió para pasar un verano junto a su abuela enferma. Todo lo que ocurrirá durante ese largo agosto le cambiará para siempre.
Es el comienzo del verano y la protagonista de Listas, guapas, limpias quiere dejar a su novio, pero hay algo que se lo impide. También hay algo que le hace dudar cuando llega a una fiesta llena de desconocidos y le piden que sea ella la que ponga la próxima canción; o cuando está con su madre en el supermercado del barrio y tiene que escoger una marca de pizza congelada para la cena; o incluso cuando está hablando con su amiga de infancia, Yaiza, y no es capaz de sincerarse sobre sus planes de futuro. Ese sentimiento paralizador no es otra cosa que su conciencia pisoteando cada una de las grandes o pequeñas decisiones que deberá tomar ahora que a ojos de todos ya es una mujer adulta.
A través de una primera persona íntima pero también ácida, en este primer asalto a la ficción de la periodista Anna Pacheco encontramos a una mujer en permanente conflicto con sus ideas políticas, la construcción social de su género y de su clase. En Listas, guapas, limpias no faltarán, además, las referencias a la cultura pop de los 90 y los 2000, la exploración de la sexualidad femenina y una constante cascada de ideas cargadas de humor negro.
Tras empaparme con la fantasía de Tolkien y Robert Jordan a principios de año, me apetecía cambiar un poco de género. Estaba viendo este libro por todas partes con muy buenas reseñas así que se convirtió en un capricho de confinamiento y devoré enseguida el libro debut de esta escritora catalana.
Tras el primer año de universidad, la joven N (no conocemos más que su inicial) llega al verano con sentimientos encontrados acerca de todo lo que daba por sentado en su vida. Quiere dejar a su novio del instituto, Hugo, pero no sabe cómo hacerlo sin caer en los clichés de siempre y sin decirle directamente que está cansada y que quiere conocer a otros. Sus nuevos amigos de la universidad están cada uno veraneando un un sitio distinto, mientra ella va como siempre a casa de su abuela con su familia y pasa los días junto con su mejor amiga del colegio, Yaiza, con quien cada vez tiene menos cosas en común y le saca más de quicio. Y por si fuera poco, su abuela está cada vez más mayor y tiene que aguantar los interminables soliloquios de su madre y su constante interés por la nueva vida de su hija en la que ya no se siente implicada.
"Tengo veinte años. A mi edad mi madre estaba casándose, yo solo reclamo dinero y estar sola en mi cuarto."
En la universidad ha conocido a gente nueva y mucho más sofisticada que sus antiguos amigos. Su amiga Ane, que desborda confianza y seguridad y que cae bien a todo el mundo por su desparpajo y alegría, le invita a fiestas refinadas en la ciudad donde conoce a muchos chicos elegantes. En una de esas fiestas conoce a Pau, que de primeras no le atrae en absoluto pero, por no decirle que no, acaba saliendo con él mientras le pide a Hugo un tiempo durante el verano porque no tiene fuerzas para imponerse y dejar la relación. Mientras pasa el verano, N rememora aquel otro verano que pasó cuando tenía 9 años en el que sus padres y su hermana viajaron juntos desde Barcelona hasta Andalucía, de donde era nativa la familia de sus padres. En ese viaje coincidieron con otras familias de amigos y sus hijos y se enamoró por primera vez de un chico mucho mayor que ella.
Aunque este libro relata hechos sucedidos a una generación posterior a la mía, me ha recordado infinito a mis años de infancia y juventud, con ese toque ácido y ese humor negro propio de la adolescencia. Con apenas unos detalles y numerosas menciones a canciones, libros y tradiciones, Anna Pacheco nos transporta a una época treinta años atrás que me ha hecho sonreír desde el principio. Aunque está disfrazado de libro divertido, también trata temas muy interesantes como las diferencias sociales, el racismo y las etiquetas de inmigrante que se ponen ahora a los extranjeros y antes se ponían a los propios españoles de otras regiones, el machismo innato que existía en la época de nuestros abuelos y el feminismo que inunda nuestro presente; y sobre todo, el inevitable paso del tiempo y los cambios que ejerce en todos, mayores y pequeños.
No me he sentido demasiado identificada con la protagonista por sus reacciones ante muchas situaciones (¿y quién es capaz de entender a una adolescente?) pero sí he rememorado esos sentimientos de inseguridad y ese querer encajar en una nueva vida en la que todavía no te ves cuando pasas de la adolescencia a la universidad. Todo son cambios, en tu familia, en tus antiguos amigos, en los nuevos amigos, pero sobre todo a nivel de uno mismo, en lo que creías, en lo que querías y en lo que terminas por creer y querer. El reto de adaptarte a un nuevo yo y ser comprendida y aceptada por el nuevo círculo de personas que te rodean está descrito de forma magistral. El capítulo de la fiesta de inauguración narra a la perfección como todos nos hemos sentido en algún momento, fuera de lugar, sintiendo mil ojos puestos en nosotros y tímidos de un modo tal que solo el alcohol conseguía soltarnos un poco y hacernos capaces de navegar en ese nuevo mundo.
Con un ritmo ágil y agradable, he comenzado y terminado el libro sin apenas darme cuenta, atrapada desde la primera página y arropada por un manto de frescura y realidad. Podría ser la historia de mi vida. O la de cualquier mujer de mi generación. Una historia sin argumento real, en la que nada pasa, y pasa de todo. En la que las relaciones entre las mujeres y la evolución personal son las verdaderas protagonistas. Sin tapujos a la hora de hablar de sexo, de amistad y de amor; es un libro que no sabes bien de qué va pero no quieres que termine. Es un libro para disfrutar y recordar, reflexionar y reconstruir la vida en el seno de esta familia trabajadora de clase media a finales de los 90. Me parece increíble todo lo que ha cambiado la vida en apenas 30 años, las relaciones interpersonales, la tecnología y las tradiciones; todo acompañado por la maravillosa pluma de Anna Pacheco que te pone una sonrisa en cada párrafo que lees.
En conclusión, una novela corta en la que revivir aquellos años noventa y el inicio de la universidad, en la que no sabes quién eres ni quién quieres ser, todo ello con una ambientación costumbrista que me ha encantado. Muy recomendable.
Tras el primer año de universidad, la joven N (no conocemos más que su inicial) llega al verano con sentimientos encontrados acerca de todo lo que daba por sentado en su vida. Quiere dejar a su novio del instituto, Hugo, pero no sabe cómo hacerlo sin caer en los clichés de siempre y sin decirle directamente que está cansada y que quiere conocer a otros. Sus nuevos amigos de la universidad están cada uno veraneando un un sitio distinto, mientra ella va como siempre a casa de su abuela con su familia y pasa los días junto con su mejor amiga del colegio, Yaiza, con quien cada vez tiene menos cosas en común y le saca más de quicio. Y por si fuera poco, su abuela está cada vez más mayor y tiene que aguantar los interminables soliloquios de su madre y su constante interés por la nueva vida de su hija en la que ya no se siente implicada.
"Tengo veinte años. A mi edad mi madre estaba casándose, yo solo reclamo dinero y estar sola en mi cuarto."
En la universidad ha conocido a gente nueva y mucho más sofisticada que sus antiguos amigos. Su amiga Ane, que desborda confianza y seguridad y que cae bien a todo el mundo por su desparpajo y alegría, le invita a fiestas refinadas en la ciudad donde conoce a muchos chicos elegantes. En una de esas fiestas conoce a Pau, que de primeras no le atrae en absoluto pero, por no decirle que no, acaba saliendo con él mientras le pide a Hugo un tiempo durante el verano porque no tiene fuerzas para imponerse y dejar la relación. Mientras pasa el verano, N rememora aquel otro verano que pasó cuando tenía 9 años en el que sus padres y su hermana viajaron juntos desde Barcelona hasta Andalucía, de donde era nativa la familia de sus padres. En ese viaje coincidieron con otras familias de amigos y sus hijos y se enamoró por primera vez de un chico mucho mayor que ella.
Aunque este libro relata hechos sucedidos a una generación posterior a la mía, me ha recordado infinito a mis años de infancia y juventud, con ese toque ácido y ese humor negro propio de la adolescencia. Con apenas unos detalles y numerosas menciones a canciones, libros y tradiciones, Anna Pacheco nos transporta a una época treinta años atrás que me ha hecho sonreír desde el principio. Aunque está disfrazado de libro divertido, también trata temas muy interesantes como las diferencias sociales, el racismo y las etiquetas de inmigrante que se ponen ahora a los extranjeros y antes se ponían a los propios españoles de otras regiones, el machismo innato que existía en la época de nuestros abuelos y el feminismo que inunda nuestro presente; y sobre todo, el inevitable paso del tiempo y los cambios que ejerce en todos, mayores y pequeños.
"Entonces mi abuela se santiguó… Lo hacía como un ritual profano, cero sentimiento, solo rutina y desdén. —Pero si tú no crees en Dios, yaya. —Es por si él cree en mí."
No me he sentido demasiado identificada con la protagonista por sus reacciones ante muchas situaciones (¿y quién es capaz de entender a una adolescente?) pero sí he rememorado esos sentimientos de inseguridad y ese querer encajar en una nueva vida en la que todavía no te ves cuando pasas de la adolescencia a la universidad. Todo son cambios, en tu familia, en tus antiguos amigos, en los nuevos amigos, pero sobre todo a nivel de uno mismo, en lo que creías, en lo que querías y en lo que terminas por creer y querer. El reto de adaptarte a un nuevo yo y ser comprendida y aceptada por el nuevo círculo de personas que te rodean está descrito de forma magistral. El capítulo de la fiesta de inauguración narra a la perfección como todos nos hemos sentido en algún momento, fuera de lugar, sintiendo mil ojos puestos en nosotros y tímidos de un modo tal que solo el alcohol conseguía soltarnos un poco y hacernos capaces de navegar en ese nuevo mundo.
"Mi madre y yo solo reprochamos comportamientos a las mujeres, nunca hablamos de los hombres."
En conclusión, una novela corta en la que revivir aquellos años noventa y el inicio de la universidad, en la que no sabes quién eres ni quién quieres ser, todo ello con una ambientación costumbrista que me ha encantado. Muy recomendable.
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