Género: Humor. Medicina.
Puntuación: 2'5/5
SINOPSIS
Si no tienes claro si una enfermera que pincha en el turno de noche, es una DJ. Si estás convencido de que la persona que inventa el tamaño de las pastillas, no es buena persona. Si crees firmemente que llamarle pijama a la ropa de trabajo no es serio. Si no soportas a las señoras que te dicen en qué vena tienes que pincharlas y alguna vez te has quedado mirando las venas de alguien en el metro, éste es tu libro.
Bienvenido al mundo de Enfermera Saturada. Un mundo donde el delirio se mezcla con el humor, a veces negro y siempre muy fino, y donde el día a día del hospital siempre supera la ficción. Os lo juro por Florence Nightingale.
Enfermera Saturada se define como una enfermera española que busca su hueco en la sanidad. Sus turnos empiezan en planta, baja a UCI, sube a prematuros y termina en urgencias. Esta enfermera se maneja como pocas en las redes sociales, desde donde cada día decenas de miles de personas ven cómo repasa, con humor y descaro, la actualidad de su hospital, de cualquier hospital de España.
Me animé a leerme este libro tan cortito pensando que me echaría unas risas pero me ha decepcionado. Enfermera Saturada es una enfermera que empezó a dar caña con humor en las redes sociales pero a mí me parece que hay gente que debería quedarse con los 250 caracteres del tuit porque aburren cuando escriben más.
Enfermera Saturada nos describe sin orden ni concierto la vida del hospital desde el punto de vista de la enfermería a través de capítulos cortísimos en los que mezcla el humor negro con un sarcasmo que no me ha llegado a enganchar. Desde el primer capítulo "¿Quién es la Enfermera Saturada?" en el que se presenta, pasando por "Enfermera, hay aire en el suero" hasta "El material del hospital, se queda en el hospital (o no)". En cada uno de los capítulos, la enfermera nos cuenta situaciones, desconocidas para el público general algunas veces, que ocurren en el día a día de cualquier hospital de España.
Enfermera Saturada nos describe sin orden ni concierto la vida del hospital desde el punto de vista de la enfermería a través de capítulos cortísimos en los que mezcla el humor negro con un sarcasmo que no me ha llegado a enganchar. Desde el primer capítulo "¿Quién es la Enfermera Saturada?" en el que se presenta, pasando por "Enfermera, hay aire en el suero" hasta "El material del hospital, se queda en el hospital (o no)". En cada uno de los capítulos, la enfermera nos cuenta situaciones, desconocidas para el público general algunas veces, que ocurren en el día a día de cualquier hospital de España.
"Como no podía ser de otra forma, nuestra directora daba clase de Fundamentos de Enfermería. Ésta es una asignatura que siempre, en todas las facultades de enfermería, sin excepción, imparte una profesora que dejó de trabajar en el hospital cuando todavía se hervían las agujas. Y es que, queridos alumnos -y ahora me pongo yo en plan discurso inaugural- las peores profesores son siempre las que más horas de clase os van a dar."
Pero en lugar de hacerlo en modo novela o al menos siguiendo un orden, los capítulos saltan de uno a otro sin tener nada que ver entre ellos y sin seguir una línea común y me ha resultado muy confuso. Me da la impresión que ha cogido un montón de tuits que había escrito los últimos años y los ha ido juntando sin ton ni son.
Además, me esperaba un poco más de denuncia sobre las normas y los comportamientos absurdos que rigen el hospital, aunque fuera con un tono humorístico, pero la verdad es que me ha resultado algo soso. Puede que sea porque yo trabajo también en un hospital y algunas de las situaciones sean algo habitual para mí, no sé, pero pensé que precisamente por eso me haría más gracia.
No contiene términos demasiado técnicos aunque sí algunos nombres que pueden resultar desconocidos o confusos para personas que no hayan estudiado nunca medicina, enfermería o similar. Además, escribe con un lenguaje muy de andar por casa y siempre explica algunas cosas que pueden resultar liosas.
Y aunque se mete con los médicos en algunos capítulos, no me lo he tomado a mal y esas partes han sido las que más me han hecho sonreír. Y en gran parte dice verdades como puños.
Además, me esperaba un poco más de denuncia sobre las normas y los comportamientos absurdos que rigen el hospital, aunque fuera con un tono humorístico, pero la verdad es que me ha resultado algo soso. Puede que sea porque yo trabajo también en un hospital y algunas de las situaciones sean algo habitual para mí, no sé, pero pensé que precisamente por eso me haría más gracia.
No contiene términos demasiado técnicos aunque sí algunos nombres que pueden resultar desconocidos o confusos para personas que no hayan estudiado nunca medicina, enfermería o similar. Además, escribe con un lenguaje muy de andar por casa y siempre explica algunas cosas que pueden resultar liosas.
Y aunque se mete con los médicos en algunos capítulos, no me lo he tomado a mal y esas partes han sido las que más me han hecho sonreír. Y en gran parte dice verdades como puños.
"Me han contado que a los médicos en sus actos de graduación no les imponen una banda como a nosotras, no, ¡a ellos les ponen un fonendo al cuello!: -¡Pero si yo quiero ser neurólgo! -Pues le auscultas el cráneo, pero tú pasearás con tu fonendo al cuello por el hospital, hasta para ir a la cafetería."
"La Vida es Suero" es un libro entretenido y que, al ser muy corto, se lee en un santiamén. Sin embargo, no me ha llegado a enganchar y me ha parecido que le faltaba un hilo conductor y algo más de chispa.
Eso sí, su decálogo me ha hecho mucha gracia.
"1. La vena buena siempre está en el otro brazo.
2. Verás que te falta el tapón cuando ya tengas canalizada la vía.
3. Un timbre de noche nunca suena solo: si uno suena, otro se le sumará.
4. El paciente que más protesta es el que mejor está.
5. El apósito del tamaño adecuado no existe.
6. Hay dos tipos de esparadrapo: el que no se pega y el que no se puede despegar.
7. Si sólo llevas un tubo de analítica será el que ha perdido el vacío.
8. Nunca creas lo que el paciente dice que ha dicho el médico.
9. El cajetín de medicación del paciente de la última habitación siempre vendrá mal.
10. Nadie que llama al timbre lo hace por algo urgente.
Es un libro muy corto pero no es nada del otro mundo la verdad. Típico libro de influencers (en este caso página de twitter famosa) que hace un libro por hacer.
ResponderEliminarSí, la verdad es que era más un recopilatorio de anécdotas que un libro de verdad.
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