miércoles, 12 de septiembre de 2018

Reseña: Si nunca llego a despertar. Javier Yanes.

Si nunca llego a despertarTítulo: Si nunca llego a despertar
Título original: Si nunca llego a despertar
Autor(a): Javier Yanes
Año: 2011
Género: Juvenil. Aventura. Drama. 

Puntuación: 4/5



SINOPSIS

Toño está en Kenya a punto de casarse con el amor de su vida. Allí se reencontrará con Estela, su hermana pequeña, con quien recordará su niñez, antes de que ella naciera.
¿Quién no ha vivido una infancia llena de aventuras, magia, peligros, héroes de película, piratas imaginarios y tesoros escondidos? ¿Quién se resistiría a la tentación de no despertar nunca de los momentos más irrepetibles? ¿Qué vida de adulto puede ofrecer algo mejor? El día de su boda en África, a miles de kilómetros de su pueblo, Toño revive los veranos de la infancia, inolvidables días que se prolongaban junto a sus hermanos, sus padres y su primer gran amor. Un mundo maravilloso que exploraban como si vivieran siempre con los pies descalzos, un universo luminoso que, sin embargo, sumergió a Toño en un sueño del que no quiso despertar jamás. Pero despertó.

RESEÑA

No leo muchos libros de autores españoles y casi nunca historias sucedidas en tierra española, pero de vez en cuando alguno cae en mis manos y me sorprende gratamente. Leer este libro en Agosto con los recuerdos de aquellos veranos en los que todo era salir a jugar con mis hermanas, planear aventuras y disfrutar de la infancia ha sido conmovedor.

Toño está en Kenia a punto de casarse. Su hermana Estela es la primera de su familia en llegar y ambos deciden ir a dar un paseo mientras Toño le cuenta memorias de su niñez, antes de que Estela naciera. El verano en que cumplió los diez años fue uno de los mejores de su vida. Su padre tenía un gran proyecto (el "Plan Gigante", como lo llamaban sus hijos): filmar en la ciudad perdida de Gedi, cerca de Nairobi y crear un gran documental que lo haría famoso. Toño y sus dos hermanos, Miguel y Nicolás, disfrutan en la sierra de Madrid de los primeros días de vacaciones tras terminar el colegio antes de embarcarse en la aventura.
Imagen de Iwona Podlasinska

El hermano mayor, Miguel, es un niño con una imaginación desbordante, un pequeño Peter Pan que no quiere crecer pero sabe que finalmente tendrá que hacerlo y disfruta contando cuentos a sus hermanos pequeños y llevándoles en aventuras que inventa sobre la marcha. El hermano pequeño, Nicolás, es un niño que aún tiene mentalidad infantil, desborda ingenuidad, confunde las palabras y ofrece una estampa tierna e inocente.

Los tres hermanos son inseparables, han creado una hermandad, la "hermandad de los Ford" y cada uno tiene de apodo un personaje de película representado por Harrison Ford: Miguel es Deckard (Blade Runner), Toño es Indy (Indiana Jones) y el pequeño Nicolás es Hans (Star Wars).

"Aunque teníamos muchos amigos en el pueblo, con nadie me sentía más arropado
que con mis hermanos. Los amigos, en el fondo, eran gente, pero los hermanos eran,
como una vez había escrito mi madre, «sangre extravasada»."

Los tres tienen un lenguaje secreto con el que se escriben mensajes que los adultos no pueden descifrar y corren mil y una aventuras juntos: encontrar un tesoro escondido por un pirata, huir de monstruos terribles, que Miguel se haga novio de Bárbara, la chica más popular de su clase, y sobre todo, ayudar a su padre con el "Plan Gigante".

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Imagen de Elena Shumilova

A lo largo del libro se van alternando episodios del pasado y del presente, de modo que poco a poco iremos descubriendo qué pasó ese verano, superaremos los miedos de los niños, comprenderemos sus inseguridades y disfrutaremos de las alegrías que supone el ser niño. 
Las aventuras de los hermanos me han recordado a mi propia infancia y a los libros de Los Cinco de Enid Blyton, llenos de anécdotas y hazañas.

Javier Yanes nos enseña a ver las situaciones desde el punto de vista de los niños, las discusiones familiares, los problemas económicos y las tragedias que la mente de un niño no puede llegar a comprender. He reído con el pequeño Hans, he sufrido con la ausencia de Deckard y me he emocionado con los sentimientos de Indy.

"Incapaz de esclarecer mi confusión, me obligué a dejarme llevar, como cuando somos pequeños y el mundo entero es una gran pregunta que todavía no hemos aprendido a formular, y a cambio de nuestra ignorancia la naturaleza nos presta una confianza inquebrantable en quien nos cuida para que no necesitemos preguntar."

Enternecedora y nostálgica, es también una novela dramática a partes iguales. Ya en la mitad del libro he empezado a sospechar el final y aunque me daba mucha pena que se hiciera realidad mi presentimiento no he podido parar de leer. Lo único que me ha sobrado han sido los capítulos sobre el presente y la boda de Toño, que creo que no era nada necesaria, pero en conjunto me ha fascinado.

Es una novela ágil y entretenida que hace reflexionar y que destaca la importancia de la familia a la hora de afrontar los problemas.

Imagen de Elena Shumilova

Según comenta el propio Yanes: "De África te enamoras como de una persona, encuentras lo que ibas buscando sin saberlo. En la novela, el verano, los sueños, los viajes y la infancia, todo significa lo mismo: libertad. Romper la rutina, dejarse caer en lo inesperado, en cosas que no siempre controlamos, que unas veces emocionan y otras duelen. Todo viaje es como volver a ser niños".

"En el viaje se rompen las reglas de la rutina y de la lógica.
Pides un plátano y te dan un abrazo. Pides un café y te dan un bofetón.
Un día comes sentado en un bordillo y, al siguiente, un camarero más elegante
que tú te alisa una servilleta de algodón egipcio sobre las piernas.
Y lo que queda atrás lo pierdes para siempre, como la habitación que cierras
y a la que nunca volverás o el jersey que dejaste colgado en el respaldo de una silla."

Dicen que su primera novela, El Señor de las Llanuras, es toda una obra maestra y después de leer este libro, ya ha pasado a mi lista de pendientes.

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