Autor(a): Federico Axat
Año: 2010
Año: 2010
Género: Thriller. Terror. Psicología. Intriga.
Puntuación: 2/5
SINOPSIS
Ben tiene nueve años, está furioso con su madre y fantasea con la idea de marcharse de casa. Agobiado, se escabulle en la oscuridad del desván: un sitio prohibido e inexplorado que ha caído en desuso hace años. Tras una búsqueda exhaustiva en los inmensos bosques de Carnival Falls, es considerado oficialmente un niño perdido, y a medida que los días pasan, su familia empieza a aceptar lo inevitable. Ben ha muerto. Sin embargo él está allí, sobre sus cabezas. A través de diminutos orificios es capaz de espiarlos, escuchar sus conversaciones íntimas, descubrir sus secretos más terribles y presenciar cómo, lenta pero decididamente, sus vidas se reanudan… sin él.
Cuando leí esta sinopsis no pude evitar estremecerme de emoción. Tenía la idea de un libro estilo Stephen King, pero desafortunadamente el rey del terror sólo es uno.
Ben es el hijo pequeño de una familia disfuncional. Su hermana mayor Andrea, que está en plena adolescencia, sale con un chico, Matt, que es totalmente erróneo para ella. Sus padres tiene una relación peculiar en que básicamente apenas se hablan y cuando se dirigen al otro es para discutir. Su madre Danna es básicamente una arpía, trata mal a todos los que le rodean y es una fría y dura manipuladora que parece que disfruta haciendo sufrir a su familia. Su padre Robert es un pedazo de pan y agacha la cabeza ante las crueldades de su mujer, esto puede ser debido a que su propio padre era una mala persona que le castigaba y pegaba a la primera de cambio.
Por eso no es de extrañar que el pequeño de 9 años tome la drástica decisión de huir de casa, después de que su madre le obligue a recoger un paquete de casa de un pedófilo y a volver en coche de sus abuelos, junto con su tía Marcia, que es autista y que de buenas a primeras comienza a pegar gritos sin ton ni son. Ben decide hablar con su padrino Mike antes de tomar la decisión de escapar y finalmente decide escabullirse en el desván de casa, donde nunca nadie sube y desde donde tiene visión de todo lo que pasa en la casa.
Escena de El Resplandor |
Por eso no es de extrañar que el pequeño de 9 años tome la drástica decisión de huir de casa, después de que su madre le obligue a recoger un paquete de casa de un pedófilo y a volver en coche de sus abuelos, junto con su tía Marcia, que es autista y que de buenas a primeras comienza a pegar gritos sin ton ni son. Ben decide hablar con su padrino Mike antes de tomar la decisión de escapar y finalmente decide escabullirse en el desván de casa, donde nunca nadie sube y desde donde tiene visión de todo lo que pasa en la casa.
"Las fichas de dominó caen unas sobre otras, sin interrupción. Cada una arrastra a la siguiente…, resulta inevitable."
Cuando se dan cuenta de la desaparición de Ben, cada uno en la familia reacciona de manera distinta. Danna parece enfadada por tener que perderse un viaje de fin de semana que había organizado hacía meses, Robert está angustiado y confía en su amigo el comisario Harrison para encontrar a su hijo, y Mike se lanza a la búsqueda del pequeño Ben por los bosques ayudado de Allison, la madre de uno de los amigos de Ben que trabajaba en la comisaría de policía. La búsqueda de Ben les lleva a una vieja planta de distribución de agua donde encuentran la gorra de Ben en una tubería y todos dan por supuesto que se ha ahogado.
Mientras la familia de Ben y todos a su alrededor intentan recuperarse de la probable muerte del pequeño y comienzan a reconstruir sus vidas, Ben sigue escondido en el desván y a través de los orificios del techo puede espiarlos, escuchar sus conversaciones y descubrir sus secretos más oscuros. A partir de entonces, Ben comienza a cambiar, escuchando voces, teniendo pensamientos tenebrosos dentro de su cabeza y actuando de manera insólita.
Al mismo tiempo, parece que una operación de contrabando de droga, liderada por un misterioso personaje apodado El Zorro, se está llevando a cabo en el pueblo de Carnival Falls; donde el "novio" de Andrea es uno de los principales implicados.
Aunque la sinopsis prometía, pronto me di cuenta que esta novela no le llegaba ni a la suela de los zapatos a los thrillers a los que estoy acostumbrada. Confusa en sus descripciones y en ocasiones demasiado lenta, sobre todo al principio, me ha mantenido desconcertada a lo largo de todas las páginas. Con demasiados personajes en su arsenal, cuando he conseguido centrarme y entender cómo funciona esta extravagante familia, han comenzado a ocurrir sucesos que sólo podríamos describir como sobrenaturales y que me han desorientado todavía más.
Alternando narradores entre los distintos puntos de vista de los personajes y flashbacks, cualquiera habría tenido herramientas suficientes para crear un ambiente de misterio, pero el suspense se evapora cada vez que una voz interior (que no sabes si pertenece al mismo personaje, a otro personaje en plan telepatía o a un ser sobrenatural) aparece dando órdenes de lo más absurdas.
A lo largo del libro me han ido surgiendo múltiples dudas que pensé que se iban a ir resolviendo, sólo para terminar el libro sin tener idea de lo que había pasado con un giro final al más puro estilo Perdidos. Y sin tener claro quiénes estaban muertos y quiénes estaban locos, devoro el epílogo esperando encontrar respuestas y me quedo en las mismas. A pesar de que ha habido algunos capítulos al final del libro que he disfrutado, me he quedado con la sensación de haber desperdiciado tiempo leyendo una historia que ni siquiera ahora llego a comprender cómo ha sucedido.
El pequeño Danny me recuerda a Ben. Escena de El Resplandor. |
Al mismo tiempo, parece que una operación de contrabando de droga, liderada por un misterioso personaje apodado El Zorro, se está llevando a cabo en el pueblo de Carnival Falls; donde el "novio" de Andrea es uno de los principales implicados.
" [...] Michael descubrió dos cosas. La primera, y que en realidad era algo que siempre había sabido, era que había cosas más aterradoras que la oscuridad. Y la segunda, que era la oscuridad la que hacía que pensara en esas cosas."
Aunque la sinopsis prometía, pronto me di cuenta que esta novela no le llegaba ni a la suela de los zapatos a los thrillers a los que estoy acostumbrada. Confusa en sus descripciones y en ocasiones demasiado lenta, sobre todo al principio, me ha mantenido desconcertada a lo largo de todas las páginas. Con demasiados personajes en su arsenal, cuando he conseguido centrarme y entender cómo funciona esta extravagante familia, han comenzado a ocurrir sucesos que sólo podríamos describir como sobrenaturales y que me han desorientado todavía más.
Alternando narradores entre los distintos puntos de vista de los personajes y flashbacks, cualquiera habría tenido herramientas suficientes para crear un ambiente de misterio, pero el suspense se evapora cada vez que una voz interior (que no sabes si pertenece al mismo personaje, a otro personaje en plan telepatía o a un ser sobrenatural) aparece dando órdenes de lo más absurdas.
De nuevo, escena de El Resplandor |
A lo largo del libro me han ido surgiendo múltiples dudas que pensé que se iban a ir resolviendo, sólo para terminar el libro sin tener idea de lo que había pasado con un giro final al más puro estilo Perdidos. Y sin tener claro quiénes estaban muertos y quiénes estaban locos, devoro el epílogo esperando encontrar respuestas y me quedo en las mismas. A pesar de que ha habido algunos capítulos al final del libro que he disfrutado, me he quedado con la sensación de haber desperdiciado tiempo leyendo una historia que ni siquiera ahora llego a comprender cómo ha sucedido.
"La desaparición de Ben había sido el comienzo de una sinfonía enloquecida; el resultado de un director de orquesta que súbitamente pierde la razón y agita sus brazos sin control. Los instrumentos eran los mismos de siempre, pero la melodía carecía de sentido."
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