Autor(a): Rosamunde Pilcher
Año: 1990
Año: 1990
Género: Familia. Aventura. Romántica.
Puntuación: 4/5
SINOPSIS
Con motivo de una fiesta de cumpleaños, una serie de personajes procedentes de Londres, Nueva York, Escocia y España coinciden en el pequeño pueblo de Strachroy. Estamos en septiembre, mes durante el cual en Escocia se prodigan celebraciones, cacerías y bailes. Sin embargo, al compás de este ambiente festivo, el destino arrastrará a los protagonistas a situaciones tan dramáticas como sorprendentes, y les obligará a tomar decisiones y afrontar situaciones que marcarán profundamente sus vidas.
No me esperaba una novela así. Aunque la sinopsis habla de aventuras, fiestas y bailes, tres cuartas partes de esta historia transcurren lentamente con "ausencia" de acción lo que hizo que me costara engancharme al libro. Sin embargo, merece la pena.
En el pequeño pueblo de Stratchroy la noticia de que la señora Steynton va a celebrar una gran fiesta en honor de su hija Katy corre como la pólvora y trastoca el tranquilo ambiente en el que todos vivían. Todo el mundo colabora con los preparativos y todos los habitantes reciben sus invitaciones, incluso cuando hace tiempo que ya no viven allí.
Las Highlands escocesas |
Lord y Lady Balmerino, Archie e Isobel, viven en la gran casa familiar apretándose el cinturón para poder mantener a flote las tierras que Archie heredó. Ahora viven solos casi todo el tiempo porque su hija Lucilla se ha trasladado a París, aunque se dedican a albergar a turistas sedientos de aventuras escocesas un par de días a la semana para ganar algo de dinero extra.
La hermana de Archie, Pandora, se fugó a los dieciocho años para casarse por despecho con un millonario que podría ser su padre y a la muerte de éste se dedicó a viajar por el mundo. Actualmente reside en Mallorca y se ve arrastrada por los recuerdos de su infancia cuando su sobrina Lucilla aparece de visita junto con la invitación de la fiesta de Katy,
La hermana de Archie, Pandora, se fugó a los dieciocho años para casarse por despecho con un millonario que podría ser su padre y a la muerte de éste se dedicó a viajar por el mundo. Actualmente reside en Mallorca y se ve arrastrada por los recuerdos de su infancia cuando su sobrina Lucilla aparece de visita junto con la invitación de la fiesta de Katy,
"El miedo es la peor razón para hacer o dejar de hacer una cosa. Es negativo. Es como no hacer algo por el que dirán."
En una pequeña casa en la hacienda de los Balmerino vive Violet, la matriarca de los Aird que ha decidido abandonar la casa familiar cuando su hijo Edmund se ha vuelto a casar con Virginia, una encantadora americana. La hija del primer matrimonio de Edmund, Alexa, vive en Londres y ahora la casa la ocupan Edmund, Virginia y su hijo Henry. Los Aird reciben la ayuda de Edie, antigua criada de los Aird, que ahora vive en su casa con su loca prima Lottie pero que intenta seguir ayudando a la familia.
Esos meses de verano hasta la fiesta el 16 de Septiembre pasan con las actividades diarias del típico pueblo escocés: pasear, cuidar el jardín, cocinar, dormir, tomar el té y disfrutar de los amigos y la familia. Pero la locura de Lottie, la llegada de antiguos habitantes y la aparición de nuevos personajes, conseguirán alterar la vida tranquila de Croy y sacar a la luz secretos guardados muchos años.
La pluma de Rosamunde Pilcher es maravillosa. Los numerosos personajes, la múltiples tramas secundarias sin adivinar nunca cuál es la principal y la falta de acción constante hacen que cueste un poco coger ritmo. Pero las descripciones detalladas del paisaje escocés, las diversas facetas de los habitantes de Croy y los secretos que se van destapando poco a poco consiguen que disfrutes de esta historia como se disfruta del chocolate: paladeando lentamente y dejando que se deshaga en la boca.
A lo largo de la historia surgen problemas de la vida diaria que terminan resolviéndose gracias al diálogo y a la ayuda de la familia, y es que la familia es algo que está ahí siempre, no importa cuánto se distancien sus miembros ni qué cosas se hicieron ni cuántas palabras se quedaron sin decir. Al final todo puede mejorarse cuando se está en familia.
Esta entrañable historia familiar con toques de romance me ha parecido maravillosa, aunque el final deja un sabor agridulce.
El kilt escocés |
Esos meses de verano hasta la fiesta el 16 de Septiembre pasan con las actividades diarias del típico pueblo escocés: pasear, cuidar el jardín, cocinar, dormir, tomar el té y disfrutar de los amigos y la familia. Pero la locura de Lottie, la llegada de antiguos habitantes y la aparición de nuevos personajes, conseguirán alterar la vida tranquila de Croy y sacar a la luz secretos guardados muchos años.
"El sistema escocés de los clanes fue algo extraordinario. Ningún hombre era criado de otro sino parte de una familia, y por eso el escocés de las tierras altas va por la vida con gallardía. Él sabe que es tan bueno como tú, si no mucho mejor."
La pluma de Rosamunde Pilcher es maravillosa. Los numerosos personajes, la múltiples tramas secundarias sin adivinar nunca cuál es la principal y la falta de acción constante hacen que cueste un poco coger ritmo. Pero las descripciones detalladas del paisaje escocés, las diversas facetas de los habitantes de Croy y los secretos que se van destapando poco a poco consiguen que disfrutes de esta historia como se disfruta del chocolate: paladeando lentamente y dejando que se deshaga en la boca.
A lo largo de la historia surgen problemas de la vida diaria que terminan resolviéndose gracias al diálogo y a la ayuda de la familia, y es que la familia es algo que está ahí siempre, no importa cuánto se distancien sus miembros ni qué cosas se hicieron ni cuántas palabras se quedaron sin decir. Al final todo puede mejorarse cuando se está en familia.
Esta entrañable historia familiar con toques de romance me ha parecido maravillosa, aunque el final deja un sabor agridulce.
"Es como si los meses se empujaran unos a los otros con malos modales, y los años caen del calendario y vuelan hacia el pasado. Antes sí que había tiempo. Tiempo para pasear o para sentarse a mirar los narcisos. O para dejar el trabajo de la casa sin más, salir por la puerta de atrás y subir la montaña a disfrutar de la placidez de una mañana de primavera y a escuchar el canto de la alondra."
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