Me parece increíble que ya estemos en Mayo, en nada llegan las vacaciones y ¡sí, más tiempo libre para leer! Es en vacaciones cuanto más tiempo tengo y más libros leo y me encanta.
Aunque adoro leer y no soy demasiado raruna, sí que tengo algunas manías a la hora de leer que estoy segura que muchos de vosotros también tenéis. Así que este mes de Mayo lo voy a dedicar a mis DIEZ MANÍAS LECTORAS. Algunas os parecerán obvias y algunas muy tontas, ¿os animáis a comentar las vuestras?
¡Espero que os guste!
Aunque adoro leer y no soy demasiado raruna, sí que tengo algunas manías a la hora de leer que estoy segura que muchos de vosotros también tenéis. Así que este mes de Mayo lo voy a dedicar a mis DIEZ MANÍAS LECTORAS. Algunas os parecerán obvias y algunas muy tontas, ¿os animáis a comentar las vuestras?
¡Espero que os guste!

1. Leer en silencio y concentrada

Lo que sí hago muchas veces es leer mientras como, y aunque ahora ya no me pasa, antes muchas de las páginas de mis libros favoritos estaban salpicadas de lentejas o de tomate. Y es que cuando un libro está interesante no importa lo que estés haciendo que no puedes para de leer mientras tanto.
2. No dejar de leer hasta terminar el capítulo

No sé si es porque tengo poca memoria y sino tendré que releer la primera parte del capítulo o por mi "pequeño" trastorno obsesivo-compulsivo.
Y es que me pone muy nerviosa dejar la escena a medias, como si los personajes fueran a cambiar si no termino de leer el capítulo.
Esto suele ser un problema cuando leo en el metro, porque cuando subo las escaleras mecánicas de camino a la calle intento leer a toda prisa las páginas que me quedan y probablemente algún día tenga un accidente. También por eso podréis verme leyendo por la calle... ¡hasta terminar el capítulo!
3. Usar marcapáginas y no doblar las esquinas de las páginas

Al igual que subrayar o escribir directamente en los libros (y me refiero a los libros de ocio, no de estudio evidentemente) me resulta despiadado estropear cualquier libro, sobre todo existiendo como existen marcapáginas preciosos y muy útiles.
Y aunque ya no los uso, me encanta navegar por la red viendo los marcapáginas que aún existen y que cada día son más originales. Me encantaría usar estas cremalleras o esta snitch dorada.
4. Anotar los errores gramaticales
En algunos casos, incluso contacto con la editorial para hacérselo saber pero la mayoría de las veces simplemente se queda como un recuerdo gracioso. ¿Os ha pasado?
5. Buscar cuando nombran una canción, libro o película

Por eso me resulta muy interesante cuando en un libro el autor habla de una canción, de un libro o de una película, porque la mayor parte de las veces no las conozco y me gusta buscarlas y saber de qué van para acercarme al protagonista y conocerle un poco mejor.
Mi siempre favorito es Harry Bosch, al que le encanta el jazz, y el que me ha descubierto numerosos artistas que me han acabado enamorando. Y mi mayor reto ha sido leer Ready Player One, plagado de referencias ochenteras en cada página.
6. Escribir en un cuaderno las citas bonitas

Antes solía llevar un cuaderno con todas mis citas favoritas y aunque ahora lo hago en el ordenador, no he perdido la costumbre de anotar todas las frases que me marcan en un libro.
Algunas de mis favoritas son de El Hobbit, y es que Tolkien tenía la habilidad de enamorarme con cada palabra: "Ahora bien, parece extraño, pero las cosas que es bueno tener y los días que se pasan de un modo agradable se cuentan muy pronto, y no se les presta demasiada atención; en cambio, las cosas las cosas que son incomodas, estremecedoras, y aun horribles, pueden hacer un buen relato, y además llevan tiempo contarlas."
7. Saltarme un párrafo descriptivo

No debería hacerlo porque todas las partes de un libro son interesante y bonitas pero a veces no puedo evitarlo.
Y he de confesar que cuando me releo un libro también lo hago, ¿quién es capaz de leer todas las descripciones de Rivendel cuando lo único que deseas es llegar al concilio de Elrond y saber qué pasa con el Anillo Único?
Es una maña costumbre, lo sé, pero intento no hacerlo a menudo.
8. No leer más de un libro a la vez
Además últimamente ya no leo libros que no me gusten mucho, de modo que cuando empiezo un libro y me engancho, lo que quiero es terminarlo enseguida y no me entran ganas de leer otro libro entre medias.
Lo que sí que hago es cambiar de géneros entre libros, de modo que si acabo de leer un libro de fantasía larguísimo, después igual me pongo con un thriller corto o con una novela romántica. De ese modo no me canso y me puedo dedicar a un solo libro desde la primera hasta la última página.
9. Elegir los libros por la portada

Cuando voy a una librería o a una biblioteca (o en su defecto en la pantalla del ordenador), primero echo un vistazo a las portadas de los libros. Cuando un ame llama, me leo la sinopsis, y si también me gusta, entonces lo elijo para leer.
Ya sé que dicen que no hay que juzgar las apariencias, y a veces alguna portada cutre me ha sorprendido con un libro alucinante, pero la primera impresión en cuanto a portadas es imprescindible para mí.
10. Quedarme sin dormir por acabar un libro interesante

Cuando era pequeña tenía que quedarme a escondidas leyendo con una luz bajo las sábanas (sí, como en las películas) para no despertar a mis hermanas y para que mis padres no me echaran la bronca. Y he de reconocer que aunque me acostara a las tantas, al día siguiente no estaba nada cansada y sí muy feliz de haber terminado mi libro.
Ahora de mayor no tengo que esconderme pero es verdad que me sienta mucho peor dormir poco así que intento no trasnochar por leer, aunque a veces no puedo evitarlo.
¿Tenéis alguna de estas manías? ¿Cuál añadiríais a esta lista?
¡Espero que os haya gustado!

No hay comentarios:
Publicar un comentario