Título: No mentirás
Autor(a): Blas Ruiz Grau
Año: 2019
Año: 2019
Género: Thriller. Psicología.
Puntuación: 2'5/5
SINOPSIS
Imagina uno de esos lugares donde nunca pasa nada...
Carlos es un abogado de éxito que debe acudir a un pueblo de Alicante cuando le comunican que su padre, con quien llevaba años sin hablar, se ha suicidado. Pero la tragedia se transforma en sospecha cuando encuentra un mensaje oculto en una torre de ajedrez.
Imagina que esta muerte fuera solo el principio...
Una sencilla investigación de suicidio se convierte en una peligrosa cacería cuando un asesino en serie empieza a cometer atroces homicidios que parecen estar relacionados entre sí. ¿Podría estar la clave en algo terrible que sucedió mucho tiempo atrás, en ese pueblo donde nunca pasaba nada?
No imagines más: tendrás que leerlo.
Imagina uno de esos lugares donde nunca pasa nada...
Carlos es un abogado de éxito que debe acudir a un pueblo de Alicante cuando le comunican que su padre, con quien llevaba años sin hablar, se ha suicidado. Pero la tragedia se transforma en sospecha cuando encuentra un mensaje oculto en una torre de ajedrez.
Imagina que esta muerte fuera solo el principio...
Una sencilla investigación de suicidio se convierte en una peligrosa cacería cuando un asesino en serie empieza a cometer atroces homicidios que parecen estar relacionados entre sí. ¿Podría estar la clave en algo terrible que sucedió mucho tiempo atrás, en ese pueblo donde nunca pasaba nada?
No imagines más: tendrás que leerlo.
Justo a punto de acabar 2019 y con ganas de terminar el año con un libro que me enganchara, me decidí por un thriller del recomendadísimo Blas Grau. Pero no sé si por el momento, porque no he llegado a fluir junto con la trama o qué, pero no he sentido ese atrapamiento que espero con los thrillers, sobre todo los que versan sobre asesinos en serie con tintes psicológicos.
Carlos Lorenzo es un abogado, de los muy caros, que vive en Madrid donde se ha labrado un éxito profesional apabullante. Pero su grandísima inteligencia y su desinterés por la integridad de sus clientes que lo han hecho defender lo indefendible, no son los únicos causantes de su fama. Carlos Lorenzo viene acompañado de múltiples manías dignas de un auténtico TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), que solo es capaz de aguantar su compañera Gala, con quien mantiene una relación amorosa de lo más informal. Un día cualquiera, recibe una llamada de la policía, quienes le comunican que su padre, a quien no ve desde hace veinte años, se ha suicidado. Como pariente más cercano, le piden que se desplace a Mors, un pequeño pueblo de Alicante, para resolver el tema del papeleo y el funeral, y, si es posible, arrojar un poco de luz sobre lo que pudo llevar a su padre a quitarse la vida (algo de lo que no tiene ni idea porque su padre les abandonó a su madre y a él cuando era solo un niño).
Una vez llega a Mors, descubre que su padre se ha colgado con una foto en la mano en la que aparecía con su madre y con él, y le ha dejado un mensaje: "en los cimientos de la Torre Blanca, comienza el camino hacia la verdad". Aunque Carlos jura que hace años que no ve a su padre y que desconoce el sentido oculto de esa frase misteriosa, la policía quiere hacer autopsia al cuerpo y hasta que no esté hecha y firmados los papeles no le pueden incinerar. Carlos decide quedarse en la casa de su padre hasta que esté solucionado, pero esa misma noche alguien roba los ojos al cadáver y después se los manda a Carlos en una caja.
Desde Alicante, los recién inspectores Nicolás y Alfonso comienzan su primer día de trabajo. A Nicolás, aún algo traumatizado por un suceso reciente, le dan el caso del padre de Carlos y la macabra desaparición de los ojos. Carlos comenzará a investigar por su cuenta el mensaje que le ha dejado su padre junto con Alicia, la sobrina de la cocinera del bar de enfrente de su casa. Pero a medida que descubre que su padre guardaba un secreto abominable en su pasado, varios hombres del pueblo empiezan a morir de maneras horripilantes, haciendo sospechar a la policía que un asesino en serie se ha instalado en las tranquilas calles de Mors, donde nunca pasa nada. A su vez, Nicolás conocerá a los compañeros de la científica, a los forenses y a los jueces que, poco a poco, le considerarán un compañero más. Pero los cadáveres empiezan a acumularse y no parecen encontrarse cerca de descubrir al asesino; lo único que saben es que parece imitar a un asesino en serie famoso distinto con cada crimen.
A pesar de las buenas críticas, no he conseguido sentirme atrapada por esta novela negra ambientada en un pequeño pueblo alicantino. He tenido la sensación de que el autor utilizaba demasiados clichés (SPOILER: la personalidad múltiple para resolver cualquier crimen ya está pasada de moda), demasiada información que quería introducir en un solo libro para demostrar el extenso trabajo de documentación que ha hecho sobre los procedimiento forenses y los asesinos en serie. Y aunque intenta mantener la tensión al prolongar el secreto hasta el final del trama que sufrió el inspector de policía Nicolás (cansa un poco que solo lo mencionen pero no den nada de información hasta que lo desvelan de golpe) y trata de sorprendernos con la identidad del asesino (no quedaban muchas opciones porque ya había matado al resto de personajes y al final ha sido muy forzado), no ha conseguido engancharme y he tardado más de lo previsto en acabar el libro.
Los personajes me han resultado demasiado contradictorios entre sí. Carlos, por razones obvias que no voy a decir para no destriparos el final, y sobre todo Nicolás, el inspector de policía, que al principio parece ingenuo y dócil como un pajarillo para de repente creerse Superman y allanar una vivienda privada o exponer el caso cual Hércules Poirot conociendo todos los detalles de los asesinos en serie habidos y por haber. Y después vuelve a convertirse en un monigote agobiado por su experiencia en el pasado. Aunque me ha gustado mucho la ambientación en un pueblo pequeño, en contraposición con los escenarios en grandes núcleos urbanos en la mayoría de las novelas policíacas; he echado de menos una construcción algo más elaborada de los personajes secundarios que van apareciendo muertos y de los que apenas sabemos el nombre hasta el final.
La forma de narrar del autor en frases cortas y concisas (su marca personal) no me ha resultado cómoda. Esperaba un poco más de descripción, un poco más de fluidez entre una escena y otra, aquí va directo al grano. Sí que me ha gustado que se intercambiara de protagonista en cada uno de los capítulos (desde el punto de vista de Carlos o desde el punto de vista de Nicolás), aunque en ocasiones se mezclaban varios personajes en un mismo capítulo y resultaba confuso. Al final el libro se lee rápido porque, claro, te entra el gusanillo de saber qué ha pasado, pero me ha parecido un caso demasiado perfecto, demasiado organizado, con excesivos giros argumentales incluso para una novela policíaca y un final muy forzado.
El inspector Nicolás Valdés ya ha aparecido en otras dos novelas y el autor tiene intención de que No Mentirás sea el inicio de una trilogía. Igual me animo a darle otra oportunidad más adelante.
Carlos Lorenzo es un abogado, de los muy caros, que vive en Madrid donde se ha labrado un éxito profesional apabullante. Pero su grandísima inteligencia y su desinterés por la integridad de sus clientes que lo han hecho defender lo indefendible, no son los únicos causantes de su fama. Carlos Lorenzo viene acompañado de múltiples manías dignas de un auténtico TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), que solo es capaz de aguantar su compañera Gala, con quien mantiene una relación amorosa de lo más informal. Un día cualquiera, recibe una llamada de la policía, quienes le comunican que su padre, a quien no ve desde hace veinte años, se ha suicidado. Como pariente más cercano, le piden que se desplace a Mors, un pequeño pueblo de Alicante, para resolver el tema del papeleo y el funeral, y, si es posible, arrojar un poco de luz sobre lo que pudo llevar a su padre a quitarse la vida (algo de lo que no tiene ni idea porque su padre les abandonó a su madre y a él cuando era solo un niño).
 |
| Ayuntamiento de Mors |
"Los becarios estaban avisados de que a las siete cuarenta y cinco de la mañana, el café tenía que estar a noventa grados centígrados justos, hecho conuna presión de ocho bares –que uno de los sensores de la moderna cafetera se encargaba de medir–, lleno a un setenta y cinco por ciento del vaso y con la mezcla de cafés que él mismo compraba por internet procedente de Colombia."
A pesar de las buenas críticas, no he conseguido sentirme atrapada por esta novela negra ambientada en un pequeño pueblo alicantino. He tenido la sensación de que el autor utilizaba demasiados clichés (SPOILER: la personalidad múltiple para resolver cualquier crimen ya está pasada de moda), demasiada información que quería introducir en un solo libro para demostrar el extenso trabajo de documentación que ha hecho sobre los procedimiento forenses y los asesinos en serie. Y aunque intenta mantener la tensión al prolongar el secreto hasta el final del trama que sufrió el inspector de policía Nicolás (cansa un poco que solo lo mencionen pero no den nada de información hasta que lo desvelan de golpe) y trata de sorprendernos con la identidad del asesino (no quedaban muchas opciones porque ya había matado al resto de personajes y al final ha sido muy forzado), no ha conseguido engancharme y he tardado más de lo previsto en acabar el libro.
"Son nuestros actos los que decidirán, en un futuro si podremos dormir cuando caiga la noche. Yo hace tiempo que no duermo."
Los personajes me han resultado demasiado contradictorios entre sí. Carlos, por razones obvias que no voy a decir para no destriparos el final, y sobre todo Nicolás, el inspector de policía, que al principio parece ingenuo y dócil como un pajarillo para de repente creerse Superman y allanar una vivienda privada o exponer el caso cual Hércules Poirot conociendo todos los detalles de los asesinos en serie habidos y por haber. Y después vuelve a convertirse en un monigote agobiado por su experiencia en el pasado. Aunque me ha gustado mucho la ambientación en un pueblo pequeño, en contraposición con los escenarios en grandes núcleos urbanos en la mayoría de las novelas policíacas; he echado de menos una construcción algo más elaborada de los personajes secundarios que van apareciendo muertos y de los que apenas sabemos el nombre hasta el final.
La forma de narrar del autor en frases cortas y concisas (su marca personal) no me ha resultado cómoda. Esperaba un poco más de descripción, un poco más de fluidez entre una escena y otra, aquí va directo al grano. Sí que me ha gustado que se intercambiara de protagonista en cada uno de los capítulos (desde el punto de vista de Carlos o desde el punto de vista de Nicolás), aunque en ocasiones se mezclaban varios personajes en un mismo capítulo y resultaba confuso. Al final el libro se lee rápido porque, claro, te entra el gusanillo de saber qué ha pasado, pero me ha parecido un caso demasiado perfecto, demasiado organizado, con excesivos giros argumentales incluso para una novela policíaca y un final muy forzado.
El inspector Nicolás Valdés ya ha aparecido en otras dos novelas y el autor tiene intención de que No Mentirás sea el inicio de una trilogía. Igual me animo a darle otra oportunidad más adelante.
"El inspector no había llegado a tiempo de salvarlo. Ahora no sabía qué hacer, sus instintos primarios pugnaban con la lógica y no sabía a cuál de ellos debía hacer caso."
En conclusión, un thriller policíaco que se pasa al intentar ser original, que añade demasiada información irrelevante y que, personalmente, no me ha enganchado hasta las últimas páginas. Pasable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario