A veces, me cuento la historia que tú me contaste un día, sentada en mi cama, para consolarme de la muerte de mi padre: Érase una vez que en un lugar muy lejano, tal vez China, había un emperador poderosísimo y listo y compasivo, que un día reunió a todos los sabios del reino, a los filósofos, a los matemáticos, a los poetas, y les dijo: «Quiero un frase corta, que sirva en todas las circunstancias posibles, siempre.» Los sabios se retiraron y pasaron meses y meses pensando. Finalmente, regresaron y le dijeron al emperador. «Ya tenemos la frase, es la siguiente: “También esto pasará”». Y añadiste: “El dolor y la pena pasan, como pasan la euforia y la felicidad”.
En estos días de aislamiento, mis sentimientos parecen estar en sintonía con los de la mayoría de la población: angustia por mí y mis seres queridos, miedo por lo que esta situación significará para la sociedad, frustración por no poder ayudar más, deseo de que todo se resuelva lo antes posible y volvamos a recuperar esa normalidad que no sabíamos apreciar cuando la teníamos.
Afortunadamente, esta situación de pandemia nos ha regalado también mucha solidaridad; la generosidad de la gente que continúa trabajando (sanitarios, policías, bomberos, dependientes de supermercado, transportistas, limpiadores, farmacéuticos...), de la gente que se queda en casa (y no baja a comprar el pan cada día ni sale a pasear al perro dos horas), de la gente que gratuitamente ofrece actividades para paliar el aburrimiento (ya tenemos en las redes sociales clases de baile, rutinas de ejercicio físico, conciertos a distancia, actividades para hacer con los más pequeños...) y de la gente que intenta que veamos las cosas con un poco de optimismo.
En esa línea recibí hace una semana un email de Hello Creatividad (si no los conocéis, echad un vistazo rápidamente a su web porque tienen miles de cursos online maravillosos que nos vienen ahora de perlas cono todo ese "tiempo libre" que tenemos). En este email nos regalaban este extracto del libro "También esto pasará" de Milena Busquets. Esta frase, que en inglés se traduce "This too shall pass", nos recuerda que nada es para siempre y que las cosas malas, como esta pandemia, también pasarán y antes de que nos demos cuenta estaremos de nuevo haciendo vida normal (aunque espero que algo nos ha enseñado y apreciemos todo lo bueno que tiene la vida).
No nos exijamos demasiado. Esta es una situación difícil para todos. Intentemos disfrutar de las pequeñas buenas cosas que esta maldita epidemia nos está dejando: más tiempo para nosotros (para vaguear, para limpiar, para cocinar, para estudiar y para hacer mucho más ejercicio que antes), menos contaminación para el planeta y muchas ganas de abrazar a nuestros seres queridos.
¡Nos leemos!
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