Título: Cabaret Biarritz
Autor(a): José C. Vales
Año: 2015
Año: 2015
Género: Ficción. Histórica.
Puntuación: 4'5/5
SINOPSIS
Georges Miet escribe por encargo historias populares para la editorial francesa La Fortune, hasta que un día su editor le pide una novela “seria” acerca de los trágicos hechos que habían conmocionado quince años antes la vibrante Biarritz de 1925, durante la temporada estival. Tras una terrible galerna el cadáver de una joven de la localidad aparece sujeto a una argolla en el muelle. Georges Miet se traslada allí y entrevista a una treintena de personas de distintos estratos sociales que de manera más o menos directa estuvieron relacionadas con la joven. A través de los relatos de todos ellos Miet descubre que la policía y el juez quisieron quitarse el caso de encima y que los hechos fueron desvelados gracias a la investigación que llevaron entonces a cabo el periodista Paul Villequeau y el fotógrafo Galet, a la que se unió la magnética y bellísima Beatrix Ross, amor de adolescencia de Villequeau.
Novela de investigación, divertidísima, polifónica y extravagante, una obra que esboza a través de la indagación de un crimen el retrato de una sociedad en plena agitación, en la que conviven las rígidas normas sociales con la celebración de un momento desenfrenado y deliciosamente vital.
Georges Miet escribe por encargo historias populares para la editorial francesa La Fortune, hasta que un día su editor le pide una novela “seria” acerca de los trágicos hechos que habían conmocionado quince años antes la vibrante Biarritz de 1925, durante la temporada estival. Tras una terrible galerna el cadáver de una joven de la localidad aparece sujeto a una argolla en el muelle. Georges Miet se traslada allí y entrevista a una treintena de personas de distintos estratos sociales que de manera más o menos directa estuvieron relacionadas con la joven. A través de los relatos de todos ellos Miet descubre que la policía y el juez quisieron quitarse el caso de encima y que los hechos fueron desvelados gracias a la investigación que llevaron entonces a cabo el periodista Paul Villequeau y el fotógrafo Galet, a la que se unió la magnética y bellísima Beatrix Ross, amor de adolescencia de Villequeau.
Novela de investigación, divertidísima, polifónica y extravagante, una obra que esboza a través de la indagación de un crimen el retrato de una sociedad en plena agitación, en la que conviven las rígidas normas sociales con la celebración de un momento desenfrenado y deliciosamente vital.
Suelo sacar ideas de lectura de Goodreads y de reseñas de otros blogs literarios, fijándome mucho en la puntuación de cada libro. Sin embargo, a veces me apetece ser rebelde y escojo un libro si me gusta la portada y me atrae algo la sinopsis, aunque la valoración no sea especialmente buena. Éste es el caso de Cabaret Biarritz, que me atrajo por la portada y me enganchó por la sinopsis, aunque su puntuación en Goodreads esté por debajo de 4 sobre 5.
George Miet, un periodista que trabaja para la editorial francesa La Fortune, recibe el encargo de escribir una novela acerca del trágico suceso acontecido en Biarritz durante el verano de 1925. Aunque han pasado más de 15 años, nadie ha olvidado lo que ocurrió: tras un desafortunado trío de muertes debido al fuerte oleaje en la costa de Biarritz (murió una bañista inglesa, la señora Perth-Williams, un pintor que se lanzó al rescate, James Hett, y el guide baigneur, Paul Fourquet, ahogándose los tres), una galerna abatió la ciudad de Biarritz durante tres días y cuando escampó, se descubrió el cadáver de una joven, Aitzane Palefroi, la aprendiza de la librería Operclaitz. Se tildó el caso de suicidio por los gendarmes Billard y DuThiers y así lo escribió el secretario del juez DuPont, Démosthène Urruticoetxea-Blas.
El escritor Paul Villequeau (apodado Vilko) junto con el fotógrafo Marcel Galet,por encargo del señor Montagnard del periódico La Petite Gironde, comienzan a investigar el suceso, ya que sospechan que hay algo más detrás de la misteriosa muerte de la joven Aitzane. La llegada de la fascinante Beatrix Ross Buttgereit-Dientzenhofer, antigua novia de Vilko, coincide con la muerte de Aitzane y revoluciona a la alta sociedad. Beatrix se reúne con la flor y nata de la sociedad que se encuentra veraneando en Biarritz y pasea por la playa, acude a fastuosas cenas y disfruta de los bailes, mientras ayuda en su investigación a Vilko y a Marcel. El caso nunca se resolvió y aunque Vilko y Marcel publicaron un artículo incendiario en el que exigían más investigación, oficialmente se declaró suicidio y todos los acontecimientos que sucedieron antes y después de la muerte de Aitzane, meras coincidencias.
El periodista Georges Miet entrevistó a todas las personas que vivieron de primera mano los sucesos y que estuvieron implicados de alguna manera en el caso de la muerte de la joven Palefroi: el señor Montagnard de La Petite Gironde, Odette la gobernanta de Villa Belza (una mansión con teatro, cabaret, restaurante, salones e incluso biblioteca), Martine la criada de charlatana de los Villequeau, el fotógrao Marcel Galet, el gendarme Billard, Gedeon Wilcox amigo de la extravagante y adinerada Beatrix Ross Buttgereit-Dientzenhofer, la artista Gina-Jane, la bailarina de Les Sirènes Lili, el secretario judicial Démosthène, el enterrador, el joyero Midas Trémonceau, la pintora Sarah Chambers, la señora Prie cocinera de los Villequeau, GG un empresario cultural, el mayordomo del lujurioso y acaudalado señor Fevert, Margulee la hija del juez DuPont, la "loca" Pauline Bellay, la alpinista Pascaline que era hermana del suicida Alexándre Saint-Barthélemy, Françoisette la criada de la señorita Bellay y muchos otros.
Lo que más me ha gustado de esta novela es que está escrita como si fuera real, como una compilación de entrevistas que hizo un escritor que vivió de verdad, que investigó el misterio ocurrido en Biarritz en 1925, interrogando a todos los personajes, con su prólogo y sus notas a pie de página (que son muy interesantes). Si no supieras que es una obra de ficción, creerías que todo lo que se relata ocurrió de verdad. Básicamente se trata de una novela de detectives ya que al final se trata de descubrir al asesino, pero contada de una forma muy original en la que no hay realmente acción ni diálogo, sino transcripciones de las entrevistas que cuentan el suicidio de una joven, ayudante de una librería, en el verano de 1925 en Biarritz. Además, la ambientación nos traslada a la costa francesa de los años 20, en el lugar de veraneo de los ricos y famosos de la época, con sus playas, sus casinos y sus hoteles, dibujados de forma exquisita.
Me encantó que cada capítulo reflejase a un personaje diferente, con su punto de vista y su lenguaje, que revela el nivel social de cada uno de ellos haciendo que suenen dispares. Me ha gustado especialmente el capítulo de Françoisette, la criada de Pauline Bellay, en la que el autor escribe sin ningún signo de puntuación, con frases que se continúan una tras otra y expresan la incontinencia verbal propia de una locuaz y nerviosa jovencita. El autor es capaz de caracterizar perfectamente a cada personaje a través del relato particular de cada uno de lo que ocurrió aquel verano, adornado con las descripciones de sus compañeros, y aunque a veces es confuso porque hay muchos personajes y algunos mienten descaradamente, todos acaban relacionándose entre sí. Cada personaje cuenta su parte de la historia y aunque a veces parece que algunos no tienen nada que decir, cada uno aporta su granito de arena en la evolución de la historia, haciendo que la trama mantenga el suspense sin resultar aburrida.
El estilo de la novela es fresco y ágil, y cambia constantemente a medida que se cambia de personaje en cada capítulo, por lo que resulta muy entretenida. El formato de compilación de entrevistas es algo completamente original que nunca había visto antes, para que digan luego que ya está todo escrito. Con varias subtramas reunidas en torno a la trama principal, José Valdes consigue que una multitud de personajes variopintos y excéntricos nos desgranen la historia añadiendo capas poco a poco. El final que incluye a Beatrix me dejó anonadada, aunque esperaba que el autor se mojase un poco y explicase realmente qué sucedió, aunque fuera en el epílogo.
Ya os he dicho otras veces que no me suelen gustar los libros premiados, pero esta novela, que ganó un merecidísimo Premio Nadal en 2015, me ha encantado.
En conclusión, una novela detectivesca que se sale de lo común, entretenida e intrigante, con una multitud de personajes peculiares en la bella Biarritz de los años 20. Muy recomendable.
George Miet, un periodista que trabaja para la editorial francesa La Fortune, recibe el encargo de escribir una novela acerca del trágico suceso acontecido en Biarritz durante el verano de 1925. Aunque han pasado más de 15 años, nadie ha olvidado lo que ocurrió: tras un desafortunado trío de muertes debido al fuerte oleaje en la costa de Biarritz (murió una bañista inglesa, la señora Perth-Williams, un pintor que se lanzó al rescate, James Hett, y el guide baigneur, Paul Fourquet, ahogándose los tres), una galerna abatió la ciudad de Biarritz durante tres días y cuando escampó, se descubrió el cadáver de una joven, Aitzane Palefroi, la aprendiza de la librería Operclaitz. Se tildó el caso de suicidio por los gendarmes Billard y DuThiers y así lo escribió el secretario del juez DuPont, Démosthène Urruticoetxea-Blas.
"Los suicidios son la peste de nuestro tiempo, amigo Miet. Dicen que en la Gran Guerra murieron diez millones de personas… pero al menos murieron por algo: por París, por la libertad, por el archiduque Francisco Fernando, por Sarajevo, por Rusia o por el Imperio austrohúngaro… Pero morir por nada, y tan jóvenes, es algo que uno no puede comprender."
El periodista Georges Miet entrevistó a todas las personas que vivieron de primera mano los sucesos y que estuvieron implicados de alguna manera en el caso de la muerte de la joven Palefroi: el señor Montagnard de La Petite Gironde, Odette la gobernanta de Villa Belza (una mansión con teatro, cabaret, restaurante, salones e incluso biblioteca), Martine la criada de charlatana de los Villequeau, el fotógrao Marcel Galet, el gendarme Billard, Gedeon Wilcox amigo de la extravagante y adinerada Beatrix Ross Buttgereit-Dientzenhofer, la artista Gina-Jane, la bailarina de Les Sirènes Lili, el secretario judicial Démosthène, el enterrador, el joyero Midas Trémonceau, la pintora Sarah Chambers, la señora Prie cocinera de los Villequeau, GG un empresario cultural, el mayordomo del lujurioso y acaudalado señor Fevert, Margulee la hija del juez DuPont, la "loca" Pauline Bellay, la alpinista Pascaline que era hermana del suicida Alexándre Saint-Barthélemy, Françoisette la criada de la señorita Bellay y muchos otros.
Lo que más me ha gustado de esta novela es que está escrita como si fuera real, como una compilación de entrevistas que hizo un escritor que vivió de verdad, que investigó el misterio ocurrido en Biarritz en 1925, interrogando a todos los personajes, con su prólogo y sus notas a pie de página (que son muy interesantes). Si no supieras que es una obra de ficción, creerías que todo lo que se relata ocurrió de verdad. Básicamente se trata de una novela de detectives ya que al final se trata de descubrir al asesino, pero contada de una forma muy original en la que no hay realmente acción ni diálogo, sino transcripciones de las entrevistas que cuentan el suicidio de una joven, ayudante de una librería, en el verano de 1925 en Biarritz. Además, la ambientación nos traslada a la costa francesa de los años 20, en el lugar de veraneo de los ricos y famosos de la época, con sus playas, sus casinos y sus hoteles, dibujados de forma exquisita.
"Decía que las cartas de amor de la juventud son como flores marchitas (¡qué gran metáfora o como se llame ese circunloquio!): uno las conserva por cariño de melancolía, pero sabe que están muertas para siempre. «Ya no palpita la vida en aquellos “te quiero” de la juventud», decía. ¿No le parece romántico?"
Me encantó que cada capítulo reflejase a un personaje diferente, con su punto de vista y su lenguaje, que revela el nivel social de cada uno de ellos haciendo que suenen dispares. Me ha gustado especialmente el capítulo de Françoisette, la criada de Pauline Bellay, en la que el autor escribe sin ningún signo de puntuación, con frases que se continúan una tras otra y expresan la incontinencia verbal propia de una locuaz y nerviosa jovencita. El autor es capaz de caracterizar perfectamente a cada personaje a través del relato particular de cada uno de lo que ocurrió aquel verano, adornado con las descripciones de sus compañeros, y aunque a veces es confuso porque hay muchos personajes y algunos mienten descaradamente, todos acaban relacionándose entre sí. Cada personaje cuenta su parte de la historia y aunque a veces parece que algunos no tienen nada que decir, cada uno aporta su granito de arena en la evolución de la historia, haciendo que la trama mantenga el suspense sin resultar aburrida.
El estilo de la novela es fresco y ágil, y cambia constantemente a medida que se cambia de personaje en cada capítulo, por lo que resulta muy entretenida. El formato de compilación de entrevistas es algo completamente original que nunca había visto antes, para que digan luego que ya está todo escrito. Con varias subtramas reunidas en torno a la trama principal, José Valdes consigue que una multitud de personajes variopintos y excéntricos nos desgranen la historia añadiendo capas poco a poco. El final que incluye a Beatrix me dejó anonadada, aunque esperaba que el autor se mojase un poco y explicase realmente qué sucedió, aunque fuera en el epílogo.
Ya os he dicho otras veces que no me suelen gustar los libros premiados, pero esta novela, que ganó un merecidísimo Premio Nadal en 2015, me ha encantado.
"La gente se muere, mi querido amigo. Y siempre se ha muerto: no debería sorprendernos. La gente tiene la costumbre de morirse desde tiempos inmemoriales: una costumbre ancestral."
En conclusión, una novela detectivesca que se sale de lo común, entretenida e intrigante, con una multitud de personajes peculiares en la bella Biarritz de los años 20. Muy recomendable.
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