lunes, 25 de mayo de 2020

Reseña: El guerrero a la sombra del cerezo. David B Gil.

El guerrero a la sombra del cerezoTítulo: El guerrero a la sombra del cerezo
Título original: El guerrero a la sombra del cerezo
Autor(a): David B Gil
Año: 2017
Género: Histórica. Aventura.

Puntuación: 5/5



SINOPSIS

Japón, finales del siglo XVI. El país deja atrás la Era de los Estados en Guerra y se adentra en un titubeante periodo de paz. Entre las víctimas del largo conflicto se halla Seizo Ikeda, único superviviente del clan regente de la provincia de Izumo, huérfano a los nueve años tras el exterminio de su casa. Hostigado por los asesinos de su familia y condenado al destierro y al olvido, inicia un largo peregrinaje al amparo de Kenzaburo Arima, último samurái con vida del ejército de su padre, convertido ahora en su mentor.
En el otro extremo del país, Ekei Inafune, un médico repudiado por aplicar las artes aprendidas entre los bárbaros llegados de Occidente, se ve implicado en una conjura urdida a la sombra de los clanes más poderosos del país. Una conspiración capaz de acabar con el frágil periodo de calma que da comienzo.

Una novela cruda y bella, cargada de matices, que nos hace viajar a través de un Japón devastado por más de dos siglos de guerra, entre cuyas cenizas, sin embargo, florecen los más hermosos cerezos.
 



RESEÑA

Como ya sabéis, me encanta todo lo relacionado con la cultura nipona. Después de mi viaje a Japón el año pasado y después de leer mucho sobre la historia y las tradiciones japonesas, me sigue fascinando cualquier novela que verse sobre la vida nipona, especialmente todas las que tienen que ver con los samuráis. Un libro que me encantó fue Los tres secretos del samurái de Blanca Álvarez, y éste me ha deslumbrado todavía más.

Tras dos siglos de guerra constante entre los señores feudales (daimios), cuando el emperador (mikado) era un simple títere entre guerras civiles, y de una rígida jerarquía social en la que la casta guerrera de los samuráis impartía justicia entre la población rigiéndose por un estricto código de conducta (Bushido), el periodo Sengoku llega a su fin a finales del siglo XIV. Gracias a tres grandes reunificadores, Nobunaga Oda, Hideyoshi Toyotomi e Ieyasu Tokugawa, y tras una sangrienta batalla en Sekigahara, Ieyasu Tokugawa se hace con la victoria y se proclama shogún, comenzado así el periodo Edo durante el cual japón conoció su periodo más largo de paz. 


Las guerras entre los daimios llevan al clan Sugarawa a atacar al feudo de Izumo donde el clan regente Ikeda es exterminado. El único superviviente de la familia es el joven de 9 años Seizo, el segundo hijo de Akiyama Ikeda. Gracias a Kenzaburo Arima, último samurai con vida del ejército de su padre, ambos consiguen escapar hostigados por los asesinos de su familia. El general Arima deja a Seizo en la ciudad de Matsue a cargo de la familia Ichigoya como sobrino adoptivo, mientras él busca a los culpables de la destrucción del clan Ikeda. Cinco años después, cuando Seizo está a punto de escapar de la familia Ichigoya por el maltrato de sus padres adoptivos, Kenzaburo Arima regresa y se lleva a Seizo a un recóndito valle en el monte Daisen para, convertido en su maestro, enseñar a Seizo a convertirse en samurái para que pueda cobrarse la venganza por el asesinato de su familia. En su aislamiento, Seizo se convierte en un avezado luchador y experto espía, pero el odio por los que masacraron a su familia se diluye con el tiempo así que deberá buscar en las enseñanzas de Kenzaburo y en su sentido del deber las fuerzas para cumplir la venganza impuesta.

"Y sin embargo, sólo aquellos en los que confiamos tienen la capacidad de traicionarnos."

En el otro extremo del país, tras muchos años de peregrinaje y de aprendizaje de las artes de los monjes llegados de Occidente, el joven Ekei Inafune se ha establecido como médico del clan Shimizu. Pero los rumores de que el clan Yamada podría comenzar una guerra contra Shimizu y el resto de clanes del norte por no apoyar a Tokugawa, obligan a Ekei a infiltrarse e
n la ciudad de Funkui e intentar conseguir formar parte del grupo de médicos que atienden al clan Yamada. De este modo, procura acercarse al daimio Torakusu Yamada para convencerle de que no inicie una guerra.
Ekei contará con la amistad de Asaemon Hikura, samurái de la guardia personal del daimio. También podrá confiar en Yukie Endo, hija del general Yoritomo Endo y encargada de la seguridad del hijo del daimio, Susumu Yamada; que espoleado por los generales, está a favor de la guerra contra los clanes del norte. Pero Ekei primero deberá ganarse la confianza de la jefa médica O-Ine Itoo y deberá resolver la conspiración que se cierne sobre Torakusu Yamada y que amenaza con acabar con el periodo de paz que florece.



Antes de empezar, David B Gil nos pone en antecedentes y nos introduce en el momento histórico de Japón en el que se desarrolla esta historia con un prólogo que ayuda mucho a no perderte en nombres de batallas y líderes. Con una ambientación muy cuidada, tanto en escena como en cultura, el autor nos introduce en un mundo muy diferente al nuestro, en el que el deber está por encima de todas las cosas, el poder lo ostenta el guerrero más temible, el camino de la iluminación es el único camino honorable, el matrimonio concertado es la norma y la mujer está relegada a criar a sus hijos y a obedecer a su marido. Con un sinfín de palabras niponas, tantas que a veces dejé de buscarlas y simplemente asumí su significado, David B. Gil crea un mundo épico de héroes con katanas, cerezos florecientes y traiciones inesperadas. Se nota el titánico trabajo de documentación que ha tenido que hacer (y sino solo hay que mirar la bibliografía al final) proporcionando un contexto histórico fiable y preciso.


"Los buenos recuerdos son engañosos — dijo Danzō con voz ausente —, son como las piedras sumergidas en el lecho de un río: la corriente va puliendo sus filos hasta que solo queda la forma suave de aquello que queremos recordar. Pero nada fue tan hermoso como lo atesoramos en nuestra memoria."

Pero sin duda son sus personajes la auténtica magia de este libro. El joven e inocente Seizo crece a la sombra de un cerezo con un riguroso maestro que es su única familia, y evoluciona de forma increíble hasta convertirse en un inquebrantable samurái, mientras intenta guardar algo de bondad en un cuerpo obligado a cumplir venganza. Por otra parte, Ekei me ha fascinado por su ingenio, su habilidad para el engaño y su excéntrico uso de la medicina, en una original combinación de las artes orientales y occidentales. He de confesar que la historia de Ekei, más misteriosa y atrevida, me ha gustado más que la de Seizo, más oscura y dramática. Y si los dos personajes principales son una maravilla, los secundarios no se quedan atrás. El desparpajo y la grosería de Asaemon Hikura, la rectitud y las ganas de viajar de O-Ine Itoo, la severidad de Kenzaburo Arima, y la belleza escondida de Yukie Endo consiguen que cada página de este libro rezume frescura y naturalidad.


Con un ritmo lento pero constante, David B. Gil nos ofrece una leyenda mágica que atrapa desde el primer instante. Su prosa es magnífica y está repleta de descripciones detalladas de los paisajes, las casas y las personas, que no aburren en absoluto, transportándote a la cultura japonesa que tanto fascina. Y con una narración y unos diálogos sublimes, de vez en cuando el autor te encandila con frases profundas y emotivas que te hacen parar y reflexionar durante un buen rato. Pero cuando menos te lo esperas, te sorprendes con un giro argumental brillante y poco a poco te das cuenta de que las dos historias que al principio parecían paralelas y simultáneas, en realidad no lo son. Y aunque sospechas desde el principio que van a convergir en algún punto, David B. Gil muestra una maestría sin igual hilando todos los cabos y haciendo que todas las piezas del puzzle caigan en su lugar.

"Este país es como el guerrero que descansa a la sombra del cerezo, Seizo ikeda. Por un momento cree estar cansado de luchar, saciada su hambre de guerra, pero pronto descubrirá que no sabe hacer otra cosa más que batallar. No es un poeta que pueda recrearse con la hermosa visión de las flores del sakura o con el dulce canto de los pájaros, sino un samurái al que sólo seducen los tambores de guerra que ya restallan en sus oídos. Pronto recogerá sus espadas y se aprestará a dirigirse de nuevo a la batalla, y a mí se me ha encomendado evitarlo a toda costa, retenerlo junto al cerezo, aunque para ello deba encadenarlo."

En conclusión, una novela de venganza y aventuras, de intrigas y traiciones, envuelta en el costumbrismo y en las tradiciones del Japón feudal. Con una ambientación, unos personajes y una trama absorbente, se ha convertido en mi novela favorita del confinamiento. Extraordinaria.

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