Género: Thriller. Terror. Psicológico. Ciencia ficción.
Puntuación: 3/5
Sinopsis
La biblioteca pública de Nueva
York es un santuario de conocimientos: un laberinto centenario de imponentes
librerías, angostos pasillos e interminables vestíbulos de mármol. Para el
doctor Stephen Swain y su hija Holly es la materialización de una pesadilla. Ya
que por una noche, este insigne edificio se convierte en el escenario de una
competición. Una competición en la que Swain debe participar, lo quiera o no.
Las reglas son sencillas: siete concursantes entran en el laberinto; solo uno
saldrá con vida. Con una niña de ocho años como única aliada, el doctor Swain
se ve empujado a librar una terrible batalla por la supervivencia. Puede
intentar huir, esconderse o luchar pero, si quiere seguir vivo, tendrá que
vencer. En esta competición, o sales victorioso o no sales.
Reseña
La historia la cuenta un narrador omnisciente que relata una competición aterradora: siete personajes son arrastrados a la biblioteca de Nueva York para concursar, en contra de su voluntad, en El Presidian; un juego en que la ley de la selva prevalece y sólo uno puede salir con vida.
Novela negra, thriller psicológico y una historia en la que sólo el más listo sobrevivirá: ¿algo más que añadir? Desde el principio me recordó a la película CUBE, si os gustan las películas de terror y el gore, no dejéis de verla. Estos libros me enganchan y me encantan, aunque me da un poco de miedo, sobre todo si se leen de noche.
El hecho de que la trama se desarrolle en la Biblioteca Pública de Nueva York ya es un punto a su favor, aunque he de confesar que el libro me decepcionó un poco al añadir la parte de ciencia ficción. El Presidian es un juego que se da entre diferentes galaxias, por lo que de entre todos los contrincantes, sólo uno es humano, en este caso el doctor Swain que por error arrastra a su hija Holly al juego. Para sobrevivir, reciben la ayuda de su guía Selexin, un personaje al que se acaba cogiendo mucho cariño.
Novela negra, thriller psicológico y una historia en la que sólo el más listo sobrevivirá: ¿algo más que añadir? Desde el principio me recordó a la película CUBE, si os gustan las películas de terror y el gore, no dejéis de verla. Estos libros me enganchan y me encantan, aunque me da un poco de miedo, sobre todo si se leen de noche.
El hecho de que la trama se desarrolle en la Biblioteca Pública de Nueva York ya es un punto a su favor, aunque he de confesar que el libro me decepcionó un poco al añadir la parte de ciencia ficción. El Presidian es un juego que se da entre diferentes galaxias, por lo que de entre todos los contrincantes, sólo uno es humano, en este caso el doctor Swain que por error arrastra a su hija Holly al juego. Para sobrevivir, reciben la ayuda de su guía Selexin, un personaje al que se acaba cogiendo mucho cariño.
Lo bueno del libro es que la
trama está muy bien escrita, es ágil y trepidante, con lo que te acabas el
libro de una sentada; pero me hubiera gustado mucho más eliminando la parte de
ciencia ficción.
Hay otros libros mejores de Matthew Reilly que ya os traeré pero en definitiva, ésta es una buena recomendación para aquellos de vosotros que os guste la ciencia ficción.
Mi frase favorita
"Se trata de una batalla.
Una batalla entre cazadores, atletas, guerreros; criaturas provenientes de
todos los rincones del universo, poseedoras de destreza, coraje e inteligencia,
dispuestas a jugarse la vida confiando en sus extraordinarias aptitudes para
cazar, acechar y matar. - Selexin negó con la cabeza-. Si conoces la derrota en
el Presidian no hay marcha atrás. No hay partido de vuelta. Una derrota en el
Presidian no comporta perder el orgullo, sino la vida. Los contendientes que
entran en el laberinto aceptan que en esta competición la única alternativa a
la victoria final es una muerte segura. Es muy sencillo. Siete entran. El mejor
vencerá, y los inferiores morirán. Y nadie sale hasta que solamente quede uno."
"En la Tierra juegan a juegos
donde no se pierde nada cuando no se gana. “Ganar no lo es todo”, dicen. “Lo
importante no es ganar o perder, sino participar”. - Selexin gruñó con desdén-.
Si fuera así, ¿por qué nadie intentaría siquiera vencer?
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