Autor(a): Sarah Lark (Christiane Gohl)
Año: 2007
Año: 2007
Género: Romántica. Drama. Familia.
Puntuación: 4'5/5
SINOPSIS
Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero, ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?
Siempre me ha encantado leer sobre los aristócratas ingleses y sus costumbres arcaicas sobre el matrimonio de conveniencia. Y al ver que además este libro se desarrollaba en uno de mis países favoritos (aunque favorito por ser la tierra de los hobbits y los elfos), no pude evitar empezarlo rápidamente. Aunque es bastante largo, me enganché desde el principio y me lo leí de un tirón.
Nuestra historia empieza en Inglaterra, con dos mujeres que no se conocen entre sí y que viven vidas muy distintas la una de la otra. Juntas, se embarcarán hacia el nuevo mundo en una aventura que cambiará sus vidas para siempre.
"Al fin y al cabo se dice que el país se presentó precisamente así a los viajeros de la primera canoa, que transportaba a gente de Polinesia hacia Nueva Zelanda. De ahí procede el nombre maorí de Nueva Zelanda: aotearoa, la tierra de la gran nube blanca."
"- Bueno... mi futuro esposo. Yo... seguramente lo encontrará tonto, pero viajo para casarme allí. Con un hombre que, hasta ahora, sólo conozco por carta... - Avergonzada, bajó la vista al suelo. Por primera vez fue consciente, al contárselo a otra persona, de la monstruosidad de su aventura. - Entonces le sucede lo mismo que a mí -dijo Gwyneira como si nada. - Y el mío ni siquiera me ha escrito."
"- Uno puede protegerse de la lluvia -susurró Gwyneira. - Y buscar la sombra cuando brilla el sol. No puedo evitar la lluvia y el calor, pero no hay por qué mojarse o quemarse."
Esta es una historia familiar absolutamente preciosa que me ha encantado y me ha emocionado. Además de la historia de ambas mujeres y sus familias, las relaciones con los maoríes, la caza de focas y ballenas, y los buscadores de oro, completan la estampa de un país naciente y hermoso. Me he deleitado con la cultura de los nativos, aunque me ha parecido que Sarah Lark los ha descrito mucho más pacíficos de lo que realmente fueron. Pero sí que ha sido fiel a la descripción de la compra de las tierras por cuatro pesetas por parte de los colonos y la vida en ciudades diminutas y granjas con terrenos inmensos.
Al ir leyendo me dió la sensación de que Gwyneira y Helen debieron haber sido cambiadas en sus cunas al nacer. Mientras que Gwyneira es apasionada, salvaje y aventurera; Helen es seria, educada y sumisa. Gwyneira sabe todo sobre la cría de ovejas, el pastoreo con perros y la doma de los caballos. Helen conoce las convenciones sociales, los buenos modales y la organización de una casa. Ambas cambiaron su forma de vivir por una distinta en el nuevo mundo y pasaron muchas calamidades, convirtiendo esta novela en dramática más que romántica.
Nuestra historia empieza en Inglaterra, con dos mujeres que no se conocen entre sí y que viven vidas muy distintas la una de la otra. Juntas, se embarcarán hacia el nuevo mundo en una aventura que cambiará sus vidas para siempre.
"Al fin y al cabo se dice que el país se presentó precisamente así a los viajeros de la primera canoa, que transportaba a gente de Polinesia hacia Nueva Zelanda. De ahí procede el nombre maorí de Nueva Zelanda: aotearoa, la tierra de la gran nube blanca."
Gwyneira Silkham es la menor de sus hermanos y adora montar a caballo y ayudar con las ovejas, algo poco convencional para una dama pero comprensible para la hija de uno de los mejores ganaderos de Gales. Aunque su padre desea conseguirle un "buen partido", un gentleman rico y con buena posición en la sociedad, Gwyneira desea vivir grandes aventuras, estar al aire libre, cuidar a su caballo y pastorear a las ovejas. Por eso, cuando un barón de la lana procedente de Nueva Zelanda le pide matrimonio para su hijo, Gwyneira acepta sin dudarlo.
Helen Davenport es la mayor de sus hermanos y a la muerte de sus padres debió buscar trabajo de institutriz para poder mantenerlos. Pero lo que de verdad quiere Helen es casarse por amor y formar una familia, así que cuando lee un anuncio en el periódico diciendo que hay hombres ingleses de buena reputación en Nueva Zelanda que buscan esposa, decide lanzarse a la aventura y casarse con un hombre con el que sólo se ha enviado una carta. Además, durante el viaje, Helen se encargará de enseñar modales a seis niñas huérfanas que van para ser criadas en las mejores casas.
"- Bueno... mi futuro esposo. Yo... seguramente lo encontrará tonto, pero viajo para casarme allí. Con un hombre que, hasta ahora, sólo conozco por carta... - Avergonzada, bajó la vista al suelo. Por primera vez fue consciente, al contárselo a otra persona, de la monstruosidad de su aventura. - Entonces le sucede lo mismo que a mí -dijo Gwyneira como si nada. - Y el mío ni siquiera me ha escrito."
Cuando llegan a Nueva Zelanda, nada resulta ser lo que esperaban. Las niñas son separadas, incluidas las mellizas, y mandadas a distintas casas lejos unas de otras.
Gwyneira descubre que su futuro marido, Lucas Warden, es un joven talentoso que aspira ser pintor, pero lamentablemente no parece interesado "sexualmente" en su esposa. Quien sí parece interesado es el padre de Lucas, Gerald Warden, y el palafrenero James McKenzie. Gwyneira intenta cumplir con su papel, pero no se le dan bien las labores de la casa y no consigue quedarse embarazada.
Por su parte, Helen descubre que la carta romántica que recibió del supuesto gentleman Howard O'Keefe en realidad la escribió el párroco de Christchurch. La propiedad y el rango de Howard no son los que le habían dicho; Howard es en realidad un humilde granjero que posee una granja y un pequeño terreno rocoso con unas centenas de ovejas de mala calidad. Además Howard está en guerra declarada con Gerald Warden, lo que supone un problema para Helen y Gwyneira que se han hecho amigas en el viaje a Nueva Zelanda.
Gwyneira descubre que su futuro marido, Lucas Warden, es un joven talentoso que aspira ser pintor, pero lamentablemente no parece interesado "sexualmente" en su esposa. Quien sí parece interesado es el padre de Lucas, Gerald Warden, y el palafrenero James McKenzie. Gwyneira intenta cumplir con su papel, pero no se le dan bien las labores de la casa y no consigue quedarse embarazada.
Por su parte, Helen descubre que la carta romántica que recibió del supuesto gentleman Howard O'Keefe en realidad la escribió el párroco de Christchurch. La propiedad y el rango de Howard no son los que le habían dicho; Howard es en realidad un humilde granjero que posee una granja y un pequeño terreno rocoso con unas centenas de ovejas de mala calidad. Además Howard está en guerra declarada con Gerald Warden, lo que supone un problema para Helen y Gwyneira que se han hecho amigas en el viaje a Nueva Zelanda.
Esta es una historia familiar absolutamente preciosa que me ha encantado y me ha emocionado. Además de la historia de ambas mujeres y sus familias, las relaciones con los maoríes, la caza de focas y ballenas, y los buscadores de oro, completan la estampa de un país naciente y hermoso. Me he deleitado con la cultura de los nativos, aunque me ha parecido que Sarah Lark los ha descrito mucho más pacíficos de lo que realmente fueron. Pero sí que ha sido fiel a la descripción de la compra de las tierras por cuatro pesetas por parte de los colonos y la vida en ciudades diminutas y granjas con terrenos inmensos.
Al ir leyendo me dió la sensación de que Gwyneira y Helen debieron haber sido cambiadas en sus cunas al nacer. Mientras que Gwyneira es apasionada, salvaje y aventurera; Helen es seria, educada y sumisa. Gwyneira sabe todo sobre la cría de ovejas, el pastoreo con perros y la doma de los caballos. Helen conoce las convenciones sociales, los buenos modales y la organización de una casa. Ambas cambiaron su forma de vivir por una distinta en el nuevo mundo y pasaron muchas calamidades, convirtiendo esta novela en dramática más que romántica.
"Abarcó con grandes ademanes el cielo todavía azul y la tierra bañada por el sol. - ¡Y bienvenida miss! ¡Ya ve: rangi, el cielo, brilla de alegría por su llegada y regala a la tierra, papa, una sonrisa porque camina sobre ella!"
Es una novela muy larga, con sus casi ochocientas páginas, pero se lee de forma muy ágil, aunque la primera mitad es la que más me ha gustado y creo que habría podido prescindir de la última parte, que va demasiado acelerada y pasa los años a todo correr.
Este libro es el primero de una saga pero el final queda muy cerrado de modo que no precisa una continuación. De todos modos estoy segura de que leeré mucho más de Sarah Lark y su saga en Nueva Zelanda.
1. En el País de la Nube Blanca
2. La Canción de los Maoríes
3. El Grito de la Tierra
4. Una Promesa en el Fin del Mundo
Es una novela muy larga, con sus casi ochocientas páginas, pero se lee de forma muy ágil, aunque la primera mitad es la que más me ha gustado y creo que habría podido prescindir de la última parte, que va demasiado acelerada y pasa los años a todo correr.
Este libro es el primero de una saga pero el final queda muy cerrado de modo que no precisa una continuación. De todos modos estoy segura de que leeré mucho más de Sarah Lark y su saga en Nueva Zelanda.
1. En el País de la Nube Blanca
2. La Canción de los Maoríes
3. El Grito de la Tierra
4. Una Promesa en el Fin del Mundo
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