Autor(a): Pam Jenoff
Año: 2017
Año: 2017
Género: Drama. Guerra.
Puntuación: 4'5/5
SINOPSIS
Una poderosa novela de amistad dentro de un circo ambulante durante la Segunda Guerra Mundial, El vagón de los huérfanos presenta a dos mujeres extraordinarias y sus historias desgarradoras de sacrificio y supervivencia.
Noa, de dieciséis años, ha sido expulsada en desgracia después de quedar embarazada de un soldado nazi y verse forzada a renunciar a su bebé. Vive en los altos de una pequeña estación del ferrocarril, que limpia para ganarse su estancia allí. Cuando Noa descubre un furgón en el cual hay docenas de bebés judíos que son llevados a un campo de concentración, recuerda al hijo que le fue arrebatado. Y en un instante que cambiará el curso de su vida, se roba uno de los bebés y huye en medio de la noche en medio de la nieve. La joven encuentra refugio en un circo alemán, pero necesita aprender el trapecio ondulante para poderse mezclar con los demás sin que la descubran, sin hacer caso del resentimiento de Astrid, la principal trapecista.
Rivales al principio, Noa y Astrid crean muy pronto un poderoso lazo entre ellas. Pero al ver que la fachada que las protege se vuelve cada vez más tenue, Noa y Astrid deben decidir si su amistad es suficiente para salvarse mutuamente, o si los secretos que arden entre ellas lo van a destruir todo.
Parece que al menos una vez al mes reseño algún libro que verse sobre la Segunda Guerra Mundial, pero es que hay tantísimos libros que hablen sobre el tema y son todos TAN interesantes...
Noa es una joven polaca de 16 años que se queda embarazada tras pasar una sol noche con un soldado alemán. Cuando su padre se entera, la expulsa de casa y Noa se ve obligada a huir a Alemania para vivir en una residencia de mujeres como ella. Debido a sus rasgos arios (es rubia y de ojos azules) y a que su bebé es hijo de un alemán, le permiten quedarse en la residencia hasta que dé a luz con la promesa de que su hijo vivirá con una buena familia alemana. Tras el parto y sin poder apenas sostener a su hijo en brazos, Noa se busca la vida trabajando como limpiadora en una estación de ferrocarril.
Una noche oye llantos que provienen de un vagón aparcado en la estación y descubre a decenas de bebés judíos, desnudos, en el suelo del vagón, a la espera de retomar el camino a un campo de concentración. La mayoría ya han muerto de frío, pero Noa descubre a un bebé que aún patalea y llora y, recordando el bebé que le fue arrebatado, coge al bebé y huye en medio de la noche.
Noa y el bebé, Theo, son rescatados por un circo ambulante alemán y aunque el dueño, Neuhoff, es un buen hombre que decide ocultar su pasado, Noa debe trabajar para ganarse el alojamiento y la comida. Hay un puesto libre de trapecista y Astrid, la principal estrella, debe enseñarle a Noa a volar por la carpa en las pocas semanas que quedan antes de que el circo de comienzo.
Al igual que Noa, Astrid también esconde un secreto. Es judía y hace cinco años abandonó a su familia para casarse con un militar alemán. Durante unos años ambos fueron muy felices pero cuando las normas contra los judíos empezaron a endurecerse y el Reich ordenó a todos los soldados alemanes divorciarse de sus mujeres judías, se encontró de repente repudiada y en la calle. Su familia poseía un circo y ella siempre había actuado de trapecista pero al volver a su casa, su familia había desaparecido y sólo quedaba el circo rival aunque cordial Circo Neuhoff's.
Durante las semanas antes de empezar la gira Noa y Astrid aprenden a trabajar la una con la otra. Aunque la diferencia de edad, la ignorancia de Noa sobre la vida del circo y la experiencia de Astrid sobre el trapecio amenazan con separarlas, los secretos de ambas pueden ser la pieza que termine por unirlas.
El circo comienza su gira por la Francia ocupada y tanto Noa como Astrid deben luchar contra las constantes inspecciones de los soldados alemanes. Ambas se volcarán en el trapecio como tabla de salvación además de preocuparse por el bienestar del pequeño Theo, que crece ajeno a la guerra.
Pam Jenoff nos relata a la vez dos historias: la de Astrid, una judía que intenta mantenerse fuera del alcance del Reich y la de Noa, una joven que debe huir tras robar un bebé judío destinado a los campos de concentración. Las dos historias se desarrollan alrededor de la vida circense, azotada por la Segunda Guerra Mundial.
El circo debe moverse por distintos pueblos de la Francia ocupada y nos permitirá conocer de primera mano el acoso hacia los judíos por parte de los alemanes, con insistentes inspecciones en las que miraban hacia otro lado gracias a los sobornos; y la gran labor que realizaron aquellos que escondieron a los judíos a riesgo de su propia vida.
La personalidad de los dos protagonistas está muy bien desarrollada y me ha encantado que cada capítulo esté narrado por cada una de ellas, alternando ambas visiones a lo largo de la historia. Dramática y sobrecogedora, como la mayoría de los libros sobre la Segunda Guerra Mundial, he sufrido con cada página y me ha enganchado con su punto de misterio y magia circense. Emocionante y desgarradora al mismo tiempo.
Tanto Astrid como Noa nos enseñan que no hay que prejuzgar a nadie, que los ideales de un padre pueden no coincidir con los de su hijo, que hay que saber pedir perdón y aceptarlo también y que a veces uno se equivoca, aunque haya decidido con el corazón.
El final me dejo un nudo en la garganta y consiguió hacerme llorar. Precioso y real, porque los finales reales, desafortunadamente, no son perfectos.
Noa es una joven polaca de 16 años que se queda embarazada tras pasar una sol noche con un soldado alemán. Cuando su padre se entera, la expulsa de casa y Noa se ve obligada a huir a Alemania para vivir en una residencia de mujeres como ella. Debido a sus rasgos arios (es rubia y de ojos azules) y a que su bebé es hijo de un alemán, le permiten quedarse en la residencia hasta que dé a luz con la promesa de que su hijo vivirá con una buena familia alemana. Tras el parto y sin poder apenas sostener a su hijo en brazos, Noa se busca la vida trabajando como limpiadora en una estación de ferrocarril.
Una noche oye llantos que provienen de un vagón aparcado en la estación y descubre a decenas de bebés judíos, desnudos, en el suelo del vagón, a la espera de retomar el camino a un campo de concentración. La mayoría ya han muerto de frío, pero Noa descubre a un bebé que aún patalea y llora y, recordando el bebé que le fue arrebatado, coge al bebé y huye en medio de la noche.
"Miro por encima del hombro. Los trenes con personas siempre están vigilados. Pero aquí no hay nadie, porque estos bebés no tienen posibilidad de sobrevivir."
Noa y el bebé, Theo, son rescatados por un circo ambulante alemán y aunque el dueño, Neuhoff, es un buen hombre que decide ocultar su pasado, Noa debe trabajar para ganarse el alojamiento y la comida. Hay un puesto libre de trapecista y Astrid, la principal estrella, debe enseñarle a Noa a volar por la carpa en las pocas semanas que quedan antes de que el circo de comienzo.
Al igual que Noa, Astrid también esconde un secreto. Es judía y hace cinco años abandonó a su familia para casarse con un militar alemán. Durante unos años ambos fueron muy felices pero cuando las normas contra los judíos empezaron a endurecerse y el Reich ordenó a todos los soldados alemanes divorciarse de sus mujeres judías, se encontró de repente repudiada y en la calle. Su familia poseía un circo y ella siempre había actuado de trapecista pero al volver a su casa, su familia había desaparecido y sólo quedaba el circo rival aunque cordial Circo Neuhoff's.
Astrid en el trapecio |
Durante las semanas antes de empezar la gira Noa y Astrid aprenden a trabajar la una con la otra. Aunque la diferencia de edad, la ignorancia de Noa sobre la vida del circo y la experiencia de Astrid sobre el trapecio amenazan con separarlas, los secretos de ambas pueden ser la pieza que termine por unirlas.
El circo comienza su gira por la Francia ocupada y tanto Noa como Astrid deben luchar contra las constantes inspecciones de los soldados alemanes. Ambas se volcarán en el trapecio como tabla de salvación además de preocuparse por el bienestar del pequeño Theo, que crece ajeno a la guerra.
"Los números se han vuelto más sombríos desde que acabara la Gran Guerra,
como si la gente necesitase ver la muerte de cerca para emocionarse;
el mero entretenimiento ya no es suficiente."
como si la gente necesitase ver la muerte de cerca para emocionarse;
el mero entretenimiento ya no es suficiente."
El circo debe moverse por distintos pueblos de la Francia ocupada y nos permitirá conocer de primera mano el acoso hacia los judíos por parte de los alemanes, con insistentes inspecciones en las que miraban hacia otro lado gracias a los sobornos; y la gran labor que realizaron aquellos que escondieron a los judíos a riesgo de su propia vida.
The Greatest Showman |
La personalidad de los dos protagonistas está muy bien desarrollada y me ha encantado que cada capítulo esté narrado por cada una de ellas, alternando ambas visiones a lo largo de la historia. Dramática y sobrecogedora, como la mayoría de los libros sobre la Segunda Guerra Mundial, he sufrido con cada página y me ha enganchado con su punto de misterio y magia circense. Emocionante y desgarradora al mismo tiempo.
Tanto Astrid como Noa nos enseñan que no hay que prejuzgar a nadie, que los ideales de un padre pueden no coincidir con los de su hijo, que hay que saber pedir perdón y aceptarlo también y que a veces uno se equivoca, aunque haya decidido con el corazón.
El final me dejo un nudo en la garganta y consiguió hacerme llorar. Precioso y real, porque los finales reales, desafortunadamente, no son perfectos.
"El cielo se ha despejado y, cuando miro hacia las estrellas, veo caras.
Primero a Peter, que vigila a Astrid. - Lo conseguí.
- La he salvado, aunque no como él tenía planeado."
Primero a Peter, que vigila a Astrid. - Lo conseguí.
- La he salvado, aunque no como él tenía planeado."
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