Reseña. Sé que estás aquí. Clélie Avit.

Título: Sé que estás aquí

Título original: Je suis lá

Autor(a): Clélie Avit
Año: 2015

Género: Romance. Drama.

Puntuación: 4/5

SINOPSIS

Elsa está postrada en una cama de hospital, en coma a causa de un accidente en la montaña. Thibault, que ha entrado por primera vez a su habitación por error, ahora la visita a diario y le cuenta sus cosas, pese a que todo indica que la joven está en coma profundo.

¿Y Elsa? Oye todo, pero no puede responder. No puede pedir a ese joven amable que vuelva al día siguiente, no puede decirle que reconoce el sonido de su risa en el pasillo, y que ahora casi puede sentir en la mejilla el calor de su beso.

Thibault no sabe que Elsa no volverá a despertar, porque en breve la desconectarán de las máquinas que la mantienen con vida. Los médicos así lo han decidido, y la familia ha aceptado. Todos piensan que es imposible que Elsa despierte. No obstante, cada vez que Thibault entra en la habitación, ella siente que se le acelera el corazón...

RESEÑA

Aunque al principio me pareció un poco aburrido y estuve a punto de abandonar tras los primeros capítulos, luego me picó el gusanillo de saber qué iba a pasar con Elsa y Thibault y acabé devorando el libro de una sentada de principio a fin. 

El hermano de Thibault, Silvian, ha tenido un accidente y está en el hospital. Había bebido y atropelló a dos adolescentes sin casi darse cuenta antes de empotrar su coche. Thibault acompaña a su madre todo los lunes, miércoles y viernes a la habitación 55 pero no se atreve a entrar. Está enfadado con su hermano por haber sido tan imprudente y no cree que pueda perdonarle. A todo eso se suma que está deprimido por la reciente ruptura con su novia que le abandonó y a que se siente vagamente celoso por la familia que acaba de formar su mejor amigo con el nacimiento de su hija Clara, de la que es padrino.

Thibault como Jamie Dornan

En un descuido, en vez de abrir la puerta de las escaleras donde se esconde a pensar durante las visitas, entra sin querer en una habitación. En la habitación 52 se encuentra Elsa, una joven alpinista que ha tenido un accidente cuando le cayó encima un alud y el nudo de seguridad que la sujetaba se deshizo. Elsa llevaba cinco meses en coma cuando se despertó. Lamentablemente sólo se despertó en su cabeza y se activó su sentido de la audición, pero es incapaz de abrir los ojos, de moverse o de hablar.

"Tengo frío. Tengo hambre. Tengo miedo. Al menos eso creo.

Hace 20 semanas que estoy en coma e imagino que debo tener frió, hambre y miedo.

Parece absurdo, porque si alguien debe saber lo que experimento,

sin duda ese alguien soy yo, pero ahora... solo puedo imaginarlo."

Thibault al principio se lleva un susto pero cuando se da cuenta de que la ocupante de la habitación no va a despertarse, decide quedarse sentado junto a su cama mientras su madre visita a su hermano. Elsa escucha cómo le habla, con dulzura y sin tapujos, y después le oye quedarse dormido.

De la película Cincuenta Sombras Liberadas

Thibault se siente atraído día tras día a la habitación de Elsa. Se sienta primero en la silla, más tarde junto a ella en la cama, y le habla y se duerme junto a ella. En una de esas visitas conoce a los amigos de Elsa y a su hermana y aunque al principio se presenta como un amigo, les acaba confesando que ha entrado en su habitación por error, pero no quiere dejar de venir a verla. Incomprensiblemente, tal y como le cuenta a su amigo Julien, se está enamorando de ella y no la conoce.

"En efecto, es bastante más complicado que eso.
Me siento feliz ante la idea de ir a ver a una chica que está en coma."

Mientras tanto, Elsa recibe las visitas de Thibault como un bálsamo. Poco a poco va sintiendo más cosas, cuando él la toca en el brazo, cuando la besa en la mejilla; su cuerpo responde poco a poco y se despiertan sus sentidos pero sigue sin estar "despierta". Y como no ha mostrado ninguna mejoría, sus médicos le plantean a sus padres la posibilidad de decidir desconectarla. Nunca ha conseguido aguantar respirando más de dos horas por sí sola y Elsa sabe que si no mejora rápidamente, en poco tiempo puede morir. Sólo con Thibault se siente capaz de mejorar, él es su arco iris.

Thibault

Puede parecer un libro algo aburrido, sobre todo al principio, ya que Clélie Avit no nos da muchas pistas sobre nuestros protagonistas. No sabemos qué aspecto tienen y no hablan entre ellos; en realidad la mayoría del libro están solos con sus pensamientos. Y eso es al final lo que lo convierte en algo tan interesante. Alternanándose en cada capítulo, vemos la vida desde el punto de vista de Elsa y Thibault, sus sentimientos, sus deseos más profundos y sus remordimientos.

"Tengo frío. Tengo hambre. Tengo miedo. Al menos eso creo.
Hace 20 semanas que estoy en coma e imagino que debo tener frió, hambre y miedo.
Parece absurdo, porque si alguien debe saber lo que experimento,
sin duda ese alguien soy yo, pero ahora... solo puedo imaginarlo."

Elsa sólo desea despertar. Se arrepiente de no haber revisado el nudo de la cuerda. Sólo puede escuchar lo que pasa a su alrededor pero no es capaz de mejorar. Hasta que llega Thibault, como un rayo de luz, y gracias a él su cuerpo empieza a despertarse.
Thibault odia a su hermano y se encuentra sin motivos para vivir. A raíz de conocer a Elsa comienza a abrirse de nuevo al mundo, a pensar en pasar página y encontrar a alguien con quien formar una familia y a aprender a perdonar a su hermano, aunque sea demasiado tarde.

Me ha recordado mucho a la película Ojalá Fuera Cierto de Mark Ruffalo y Reese Whitherspoon, que se basa en la novela francesa (como este libro) Et si c'était vrai. Aunque predecible y algo surrealista, me ha encantado navegar por los sentimientos de dos personas tan distintas, que se enamoran sin conocerse. En definitiva, precioso. 

He echado de menos un epílogo, me habría encantado leerlo.

"La única persona a la que a fin de cuentas puedo volver a ver es
esa con la que no puedo hablar. Porque no me contestará."