Título: El Crimen del Ganador
Autor(a): Marie Rutkoski
Año: 2015
Año: 2015
Género: Fantasía. Juvenil. Romántica.
Puntuación: 4'5/5
SINOPSIS
La boda de un miembro de la realeza es el sueño de muchas chicas. Implica una celebración tras otra: bailes, fuegos artificiales y diversión hasta el amanecer. Pero para Kestrel significa vivir en una jaula en la que ella misma se ha metido. A medida que se aproxima la fecha de la boda, anhela contarle a Arin la verdad sobre su compromiso: que accedió a casarse con el príncipe heredero para que él pudiera ser libre. Pero ¿puede confiar en él? ¿Acaso puede confiar en sí misma?
Kestrel está convirtiéndose en una maestra del engaño. Ha empezado a hacer de espía en la corte. Si la descubren, su país la considerará una traidora. Sin embargo, debe encontrar el modo de cambiar su despiadado mundo… y, en el proceso, está a punto de descubrir un espeluznante secreto.
La primera novela, La Maldición del Ganador, me enganchó de tal manera que me puse inmediatamente a leer este segundo libro. ¡Y me ha gustado incluso más que el primero!
¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Peligro de spoilers.
Para poneros en contexto, Valoria se ha convertido en un gran imperio que sólo desea seguir expandiéndose y una de las tierras más deseadas es la península de Herrán. Conquistada hace muchos años, los herraníes se han rebelado contra los valorianos y han reconquistado sus tierras pero a largo plazo no pueden vencer. Kestrel, la hija del general del Imperio, ha estado viviendo como rehén de uno de los rebeldes herraníes, Arin, y ha terminado enamorándose de él. Sin embargo, no es sencillo vivir juntos perteneciendo a dos bandos opuestos así que Kestrel se escapa y termina accediendo a casarse con el príncipe heredero de Valoria a cambio de mantener a Herrán como territorio libre, que rinde tributo a Valoria. De este modo, los herraníes tendrán un gobierno semi-independiente y los valorianos no se enzarzarán en una nueva guerra para arrasar el territorio.
Por su parte Arin, que medio permitió que Kestrel escapase, se siente traicionado pensando que Kestrel ha escogido al príncipe heredero antes que a él y sin ser consciente del sacrificio que Kestrel ha hecho para evitar una nueva guerra y la aniquilación de los herraníes.
Pero Arin tiene sus propios problemas y el principal consiste en reconstruir su pueblo de las cenizas mientras soporta todas las trabas y los impuestos que le exige el emperador, que no está dispuesto a jugar limpio y que sólo espera una debilidad para poder incumplir el pacto con el pueblo herraní.
¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Peligro de spoilers.
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| Imagen de Shirewalker |
Por su parte Arin, que medio permitió que Kestrel escapase, se siente traicionado pensando que Kestrel ha escogido al príncipe heredero antes que a él y sin ser consciente del sacrificio que Kestrel ha hecho para evitar una nueva guerra y la aniquilación de los herraníes.
Pero Arin tiene sus propios problemas y el principal consiste en reconstruir su pueblo de las cenizas mientras soporta todas las trabas y los impuestos que le exige el emperador, que no está dispuesto a jugar limpio y que sólo espera una debilidad para poder incumplir el pacto con el pueblo herraní.
"-A veces crees que quieres algo -repuso él-, cuando lo que tienes que hacer es renunciar a ello."
Kestrel pasa a vivir en el palacio, bajo la atenta mirada del emperador, y debe recordarse día tras día por qué está sacrificando su vida. Debe olvidar todo lo que tiene que ver con Arin y centrarse en el príncipe heredero Verex, que tiene buen corazón, y en no decepcionar a su padre ni al emperador.
Pero cuando Kestrel se entera de los planes del emperador contra las llanuras de los bárbaros al este y contra la península herraní al sur no puede evitar replantearse si está en el bando correcto y decide convertirse en espía para los herraníes, bajo la condición de que Arin nunca se enter. Así Kestrel se convierte en La Polilla, su nombre en clave y su marca personal.
Arin pondrá rumbo a Dacra, el territorio del este, para buscar aliados contra Valoria. Pero la reina de Dacra y su hermano, Roshar, no se lo pondrán fácil. Arin se queda como rehén en Dacra mientras aprende el idioma dacrano e intenta ganarse la confianza de la reina y del príncipe para tener una oportunidad de derrotar a los valorianos, juntos.
De las jerarquías y la esclavitud que dominaban el primer libro pasamos a las intrigas de la corte y la política y a las guerras entre reinos en este segundo libro. Y de nuevo en medio, se encuentran Kestrel y Arin, cada uno en un bando distinto, ambos intentando hacer lo mejor y lo más justo para sus respectivos reinos. Una vez más Marie Rutkoski nos deleita con una narración a dos voces intercalada entre nuestros dos protagonistas, cada uno nos da una visión distinta de su mundo: el de la riqueza, el poder y las ambiciones frente al resurgimiento de las cenizas y la resistencia de un pueblo que no quiere ser conquistado.
Me ha encantado la evolución de los personajes, sobre todo de Kestrel. Siempre ha sido valiente, con un instinto y un sentido de la estrategia fuera de lo común, pero invariablemente poniendo el corazón en todo lo que hace. Se ve obligada a tomar decisiones difíciles y a traicionar a su pueblo por mantener sus principios. Sólo me ha molestado que quisiera mantener en secreto que era espía ante Arin, vale que no hay que alardear pero lo hubiera hecho todo mucho más fácil. Y Arin debería haber confiado en Kestrel, parece que después de dos novelas todavía no ha llegado a fiarse completamente de ella, a pesar de quedar claro que está perdidamente enamorado. La confianza y el amor deberían caminar siempre juntos.
La historia me ha enganchado de principio a fin, me encanta la forma de narrar de Marie Rutkoski, suave, profunda, mágica y a la vez cruda. La cantidad de giros argumentales en un mismo libro me ha dejado loca, sorprendiéndome constantemente. El final ha sido alucinante, lleno de traiciones y mentiras y gente demasiado malvada para ser real.
Pero cuando Kestrel se entera de los planes del emperador contra las llanuras de los bárbaros al este y contra la península herraní al sur no puede evitar replantearse si está en el bando correcto y decide convertirse en espía para los herraníes, bajo la condición de que Arin nunca se enter. Así Kestrel se convierte en La Polilla, su nombre en clave y su marca personal.
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| Imagen de Shirewalker |
Arin pondrá rumbo a Dacra, el territorio del este, para buscar aliados contra Valoria. Pero la reina de Dacra y su hermano, Roshar, no se lo pondrán fácil. Arin se queda como rehén en Dacra mientras aprende el idioma dacrano e intenta ganarse la confianza de la reina y del príncipe para tener una oportunidad de derrotar a los valorianos, juntos.
"No se pueden ver las dos caras de una moneda a la vez, ¿verdad, pequeña? El dios del dinero siempre guarda un secreto. El dios del dinero también era el dios de los espías."
De las jerarquías y la esclavitud que dominaban el primer libro pasamos a las intrigas de la corte y la política y a las guerras entre reinos en este segundo libro. Y de nuevo en medio, se encuentran Kestrel y Arin, cada uno en un bando distinto, ambos intentando hacer lo mejor y lo más justo para sus respectivos reinos. Una vez más Marie Rutkoski nos deleita con una narración a dos voces intercalada entre nuestros dos protagonistas, cada uno nos da una visión distinta de su mundo: el de la riqueza, el poder y las ambiciones frente al resurgimiento de las cenizas y la resistencia de un pueblo que no quiere ser conquistado.
La historia me ha enganchado de principio a fin, me encanta la forma de narrar de Marie Rutkoski, suave, profunda, mágica y a la vez cruda. La cantidad de giros argumentales en un mismo libro me ha dejado loca, sorprendiéndome constantemente. El final ha sido alucinante, lleno de traiciones y mentiras y gente demasiado malvada para ser real.
"Había querido que Kestrel admitiera cómo era ella, en qué se equivocaba, por qué no debería ansiar el amor de su padre. Ese amor estaba empapado de sangre. ¿Acaso no lo veía? ¿Cómo no podía verlo? Hubo un tiempo en el que la había odiado por ello. Luego, de algún modo, lo había afectado a él. Lo experimentó en carne propia. Él también deseó aquello que no debería desear. Él también sintió cómo el corazón escoge su propio hogar y se niega a escuchar a la razón. «Aquí no», había intentado protestar Arin. «Esto no. Para mí no. Nunca.» Pero había caído presa de la misma enfermedad."
Si no lo habéis leído, no esperéis más, esta trilogía me ha marcado y se ha convertido en una de mis favoritas de 2018. Es-pec-ta-cu-lar.
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