lunes, 29 de abril de 2019

Reseña: Pan de limón con semillas de amapola. Cristina Campos.

Pan de limón con semillas de amapolaTítulo: Pan de limón con semillas de amapola
Título original: Pan de limón con semillas de amapola
Autor(a): Cristina Campos
Año: 2016
Género: Familia. Romántica.

Puntuación: 1'5/5



SINOPSIS

Durante el invierno de 2010, en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina se reencuentran, después de quince años sin verse, para vender un molino y una panadería que han heredado de una desconocida.
Son dos hermanas con trayectorias muy diferentes. Anna, de vida acomodada, apenas ha salido de la isla y sigue casada con un hombre al que ya no ama. Marina trabaja en el tercer mundo como médico para una ONG.
Contra todo pronóstico, Marina decide quedarse con la panadería y averiguar quién era Lola Molí. En su búsqueda, descubrirá secretos que marcaron la relación con su familia; aprenderá el oficio del pan y se acercará a la verdadera Anna. Juntas, quizá, logren recuperar los años perdidos, enfrentar sus fantasmas y tomar las riendas de sus propias vidas.



RESEÑA

Me apetecía leer una novela bonita y tranquila y aunque la sinopsis promete todo eso, la forma de narrar es fundamental para que un libro te atrape y disfrutes de la historia. En este caso, Cristina Campos me ha decepcionado.

Las dos hermanas Vega llevan sin hablarse mucho tiempo. Pero una herencia misteriosa de un molino y una panadería en Valldemossa, un pueblo de Mallorca, las une de nuevo.
Marina, la hermana pequeña, salió de Mallorca a los 14 años para estudiar en el extranjero. Desde entonces, apenas ha vuelto a la que era su casa. Como médico cooperante trabajando para Médicos sin Fronteras ha recorrido el mundo durante más de diez años, aunque ahora se encuentra cómoda en una misión en Etiopía, donde comparte su vida con su compañero Mathias.

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Las hermanas Vega

Anna, la hermana mayor, nunca ha salido de Mallorca. Controlada por su madre a todas horas y criada para ser una auténtica señorita, Anna abandonó sus sueños infantiles y terminó casándose con un hombre que la desprecia y la humilla. Sin carrera y sin objetivos, Anna se dedica a salir con sus amigas y a presumir de sus bienes, aunque su marido Armando ya ha dilapidado casi todo su dinero, se encuentran a un paso de la quiebra y su hija adolescente Anita es todo lo contrario a su madre. 

"Fue asumiendo su soledad como una parte más del matrimonio. Como una parte más de su vida. Metamorfoseándose, poco a poco, en uno más de los muebles que limpiaba su empleada del hogar. Y el mueble no se quejaba, simplemente vivía la vida que creía le había tocado vivir."

Marina decide trasladarse a Valldemossa para intentar averiguar quién era María Dolores Molí, la mujer que les dejó en herencia su panadería y su molino sin dar explicaciones; mientras Anna, presionada por Armando solo piensa en vender la panadería para poder saldar sus deudas. Ambas intentarán recuperar la relación y la confianza que tenían de pequeñas pero las inseguridades y los rencores pasados no se lo pondrán fácil. Unidas por las recetas de su abuela y las de la difunta Lola Molí, comienzan una época de cambios.

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Pan de limón con semillas de amapola de Monsieur Cuisine

A lo largo de ese verano, muchos retos se les aparecerán a cada una de las hermanas. Marina deberá decidir si quiere continuar con su vida nómada junto con Mathias o establecerse en algún lugar y formar un hogar y una familia. Anna deberá superar sus miedos y decidir si quiere continuar con su marido o abandonarlo todo por su primer amor, mientras intenta comprender y ayudar a su hija adolescente.

"Deseó, de forma absolutamente egoísta, que ese temblor de tierra a casi ocho mil kilómetros de donde se encontraba no hubiera sucedido. Porque ese temblor de tierra le hizo temblar el alma. Esa nueva catástrofe humanitaria no encajaba en su vida. Ese cambio de planes no lo esperaba y no lo quería."

La primera página arrancó mal. Te destripa el final. Y aunque a muchos autores les gusta mantener la tensión a lo largo de todo el libro mostrando la escena final al principio, suele ser la típica escena comprometida en la que le héroe al final lo arregla todo. Pero Cristina nos planta un final que, a mí personalmente, me arruinó el resto del libro. Al igual que hace con el resto de la novela, exagerando detalles y sin dejar nada a la imaginación, además de múltiples escenas de lo más predecibles.

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Valldemossa, Mallorca

La idea de la historia es maravillosa, tierna, dramática y al mismo tiempo calmada. Sin embargo la forma de narrar de Cristina no me ha gustado nada. Hay demasiados detalles que no aportan, explicaciones que sobran, saltos en el tiempo sin explicar, intercambio de narrador constante entre los personajes y la autora...
Además, el hecho de que haya muchas (pero muchas) frases en valenciano hace que tengas que leer la traducción en las notas al pie cada dos por tres, lo que me cortaba la escena y me cansaba mucho.

"Quizás era el momento de observarla como a una mujer de quince años con sus propios deseos, con sus propios anhelos. Una mujer a quien había de empezar a respetar y no solo a querer y a proteger como había hecho hasta ahora."

Los dos personajes principales se desarrollan con calma a lo largo de la historia y he de reconocer que están bien construidos pero no me han enganchado. Marina, egoísta y demasiado independiente; mientras que Anna, débil y sosa. Y por supuesto, una relación homosexual salida de la nada como en todo buen libro que se precie (ironía). En serio, ¿cuánta gente homosexual hay para que siempre aparezcan dos o tres personajes en cada libro?
Un detalle que sí que me ha gustado son las recetas de los distintos panes que van cocinando a lo largo del libro. Habrá que probarlos a ver si por lo menos sirve de libro de recetas.

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En conclusión, mucho drama y demasiados clichés que le han quitado la magia a una historia que prometía ser preciosa.

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