lunes, 10 de febrero de 2020

Reseña: Las Dos Torres (2). JRR Tolkien.

Las dos torres (El señor de los anillos, #2)Título: Las Dos Torres
Título original: The Two Towers
Autor(a): JRR Tolkien
Año: 1954
Género: Fantasía. Aventura.

Puntuación: 5/5



SINOPSIS

La Compañía se ha disuelto y sus integrantes emprenden caminos separados.
Frodo y Sam continúan solos su viaje a lo largo del río Anduin, perseguidos por la sombra misteriosa de un ser extraño que también ambiciona la posesión del Anillo.
Mientras, hombres, elfos y enanos se preparan para la batalla final contra las fuerzas del Señor del Mal.


RESEÑA

Ya sabéis que este año he decidido leerme toda la obra de Tolkien y después de El Hobbit, comencé con la larga y maravillosa obra de El Señor de los Anillos. Esta trilogía la empecé a los 11 años y, aunque en algunas partes me resultó un poco pesada y más densa que El Hobbit, pronto se convirtió en una de mis favoritas y la he releído más de 10 veces sin exagerar. Cuidado que hay algunos spoilers (imposible que no los haya).

Tras las aventuras vividas en el primer libro, la Comunidad del Anillo se ha disuelto. Gandalf cayó en la sombra de Moria y Boromir ha caído en Parth Galen defendiendo a Pippin y a Merry, que han sido apresados por los orcos. Frodo huye con Sam cruzando hacia el este para adentrarse en Mordor y Aragorn, Legolas y Gimli deciden perseguir a los orcos en dirección oeste para rescatar a los dos hobbits.
En el tercer libro (la primer parte de este segundo tomo), Merry y Pippin son capturados por los orcos y transportados a toda prisa hacia Isengard, el hogar del mago Saruman. Saruman ha traicionado al concilio de magos y se ha puesto a los pies del Señor Oscuro, pero mientras tanto ha creado un ejército de orcos Uruk-hai, más grandes y fuertes que los orcos normales, y capaces de soportar la luz del sol. Pero entre los orcos que han apresado a Merry y Pippin hay Uruk-hai que sirven a la Mano Blanca, a Saruman, y orcos del Norte que sirven a Sauron y quieren llevar a los prisioneros a Lugbúrz (Barad-dûr o la Torre Oscura). Gracias a las peleas entre los dos grupos de orcos y a la providencial aparición de los jinetes de Rohan, o Rohirrim, Merry y Pippin consiguen escapar y se internan en el bosque de Fangorn. Este bosque era llamado por los Rohirrim bosque de los Ents, ya que estaba habitado por las criaturas Ents, pastores de los árboles, la mayoría sabios y bondadosos. Merry y Pippin conocen así a Bárbol, uno de los Ents más antiguos, y gracias a las noticias que le llevan de la traición de Saruman, Bárbol despierta al resto de Ents y deciden atacar Isengard.

"—Nadie nos llama hobbits. Nosotros nos llamamos así a nosotros mismos —dijo Pippin.
—Hm, hm. Un momento. No tan de prisa. ¿Os llamáis hobbits a vosotros mismos? Pero no tenéis que decírselo a cualquiera. Pronto estaréis divulgando vuestros verdaderos nombres si no tenéis cuidado."

Tras la huida de Frodo y Sam, Aragorn debe decidir qué será del resto de la Compañía y determina cruzar el Páramo y el país de Rohan tras los pasos de los orcos para rescatar a Merry y Pippin. Junto con Legolas y Gimli, la pequeña alianza entre hombres, elfos y enanos, recorre las tierras de los Rohirrim hacia Isengard en pos de los hobbits. Pero en las puertas de Fangorn, encuentran a un amigo largamente perdido (SPOILER: adoro la reaparición de Mithrandir y su conversión en Gandalf el Blanco) y deciden ir a Edoras, donde el anciano rey Théoden de Rohen ha sido embaucado por su consejero Grima, Lengua de Serpiente, para permitir el ataque de Saruman. Desde Edoras, en el castillo dorado de Meduseld, Théoden rey de la Marca de Rohan despierta de la influencia de Grima y decide reunir a todos sus hombres y dirigirlos hacia el oeste a destruir la amenaza de Saruman. En la batalla del Abismo de Helm se decidirá el destino de Rohan.

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En el cuarto libro (la segunda parte de este tomo), Frodo y Sam se dirigen hacia el oeste atravesando las pendientes áridas y pedregosas de Emyn Muil en su camino hacia Mordor. Muy cerca, la criatura Gollum les sigue hasta que Frodo decide enfrentarse a él y le hace jurar que nunca permitirá que el Señor Oscuro tenga el Tesoro y que servirá al portador del Anillo, a su amo, Frodo. Desde entonces, Frodo y Sam deben confiar en su nuevo guía Gollum, que se llama a sí mismo Sméagol, para superar las colinas de Emyn Muil y las Ciénagas de los Muertos hasta llegar a la Puerta Negra de Mordor, el Morannon. Pero no podrán atravesar la Puerta Negra, que se encuentra bien defendida y con un ejército de orcos esperando a combatir contra el cansado y desesperado reino de Gondor. Una vez más deberán confiar en Gollum para encontrar un camino que les permita entrar en Mordor sin ser descubiertos.

"Guerra ha de haber mientras tengamos que defendernos de la maldad de un poder destructor que nos devoraría a todos; pero yo no amo la espada porque tiene filo, ni la flecha porque vuela, ni al guerrero porque ha ganado la gloria. Sólo amo lo que ellos defienden: la ciudad de los Hombres de Númenor."

Así que los hobbits deciden seguir a Gollum por el camino del sur hasta la encrucijada: el camino del oeste lleva a Osgiliath (antigua capital de Gondor, a medio camino entre Minas Anor, que después se convertiría en la nueva capital Minas Tirith, y entre Minas Ithil reconquistada por Sauron y renombrada Minas Morgul), el camino del sur continua hasta el mar y los reinos de Harad, y el camino del este lleva a Minas Morgul. Desde la Torre de la Luna en la ciudad terrible de Minas Morgul donde están los Centinelas Silenciosos, sale un sendero que sube a las montañas, un paso secreto llamado Cirith Ungol (la grieta de la araña) que cruza las montañas occidentales de Mordor.

En el largo camino para atravesar las Ephel Dúath, las Montañas de las Sombras, y entrar en Mordor, Frodo, Sam y Gollum se acercarán de nuevo al Río Grande y allí se enfrentarán a una nueva amenaza: serán descubiertos por hombres de Gondor, descendientes de los señores del Oesternese, Dúnedain del Sur, que luchaban bajo el mando del capitán Faramir, hijo de Denethor y hermano de Boromir. Frodo deberá encontrar la forma de esconder el Anillo, el peligro que afrontó Boromir y su misión de acabar con el Anillo, para poder continuar con Sam y Gollum su camino hacia Minas Morgul y el paso Cirith Ungol. Además, Sméagol (Adulón) luchará contra sí mismo para cumplir la promesa que hizo sobre el Anillo y llevar a Frodo hasta Mordor, mientras que con su otra personalidad (Bribón) Gollum intentará recuperar el Tesoro sin faltar "del todo" a su juramento.

"Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, como dice usted. Supongo que también ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizá, pues, si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien."

Podría seguir divagando sobre todos los detalles de las dos aventuras que forman esta segunda parte de la trilogía, pero sería abusar de los spoilers y ya he dicho demasiado. Me encanta conocer un poco más las tierras de Rohan, Gondor y los alrededores de Mordor y sobre todo las historias que llevaron a esta situación. Aunque en la primera parte descubrimos los pasos que llevaron a la primera caída de Sauron y el camino del Anillo desde su mano, pasando por Isildur y Gollum, hasta Bilbo y después Frodo; en esta segunda parte se revela la historia de Rohan y Gondor, sobre todo las ciudades y torres que construyeron y cómo pensaron que Sauron había sido derrotado y bajaron la guardia, de modo que Sauron pudo conquistar gran parte de lo que erigieron los hombres.
Y de nuevo las descripciones de Tolkien me han enamorado y me he sentido integrada en la historia en todo momento: paseando por el bosque de Fangorn, recorriendo a caballo las llanuras de Rohan, luchando en el Abismo de Helm; y también trepando las colinas de Emyn Muil, sufriendo en las Ciénagas de los Muertos y angustiándome al pasar junto a Minas Morgul para atravesar Cirith Ungol.

Pero aunque las exquisitas descripciones nos muestran un mundo único, sin duda los personajes constituyen la verdadera magia de su obra. Esta vez descubrimos a una nuevas criaturas fantásticas de la Tierra Media, los Ents, que me han parecido maravillosos, sobre todo los malignos Ucornos de lo más profundo del bosque que consiguen su venganza contra los orcos. También conocemos a Ella-Laraña, una criatura antigua y tan maligna como Sauron, independiente del poder del Anillo como Bombadil pero llena de oscuridad. Pero en este segundo libro Tolkien se centra más en los hombres, el futuro de la Tierra Media. Nos enseña a los valientes hombres de Rohan, los Rohirrim, con Théoden rey de la Marca y Eómer mariscal a la cabeza; y por otro lado nos muestra aunque solo de refilón a los magníficos hombres de Gondor, descendientes de Númenor. Y aunque el tercer libro siempre me ha gustado más que el cuarto, me cautiva el cambio en las dos personalidades de Gollum, como a veces es más honesto y divertido, un poco más Sméagol, pero como nunca desaparece el deseo por el Tesoro y su ansia por poseerlo le corroe por dentro.

En este segundo tomo tan bien diferenciado, Tolkien mantiene su estilo descriptivo pero gana en ligereza y acción a raudales, con su culmen en la batalla del Abismo de Helm, que aunque en la película es una auténtica obra de arte, en el libro no desmerece en absoluto. Tras esta primera parte más trepidante del tercer libro, Tolkien adopta de nuevo un estilo más tranquilo y detallado con la historia de Frodo y Sam en el cuarto libro, que siempre me da pereza porque estoy deseando que comience el viaje de Aragorn y las batallas de Gondor, pero que después disfruto como una niña.
También podemos ver la evolución de todos y cada uno de los personajes que, conforme la travesía avanza, se van transformando y consolidando, adquiriendo esa magia que cautiva y que es la esencia de todas las novelas de Tolkien. Aquí también tenemos canciones y poemas salpicando el libro, que le dan un toque especial y que cada vez disfruto más.
Aunque veáis las películas (la adaptación de Peter Jackson de esta segunda parte de la trilogía cinematográfica es espectacular), no dejéis de leer los libros. Son insuperables.

"Aprended ahora la ciencia, de las criaturas vivientes:
Nombrad primero los cuatro, los pueblos libres:
los más antiguos, los hijos de los Elfos;
el Enano que habita en moradas sombrías;
el Ent, nacido de la tierra, viejo como los montes;
el Hombre mortal, domador de caballos."

En conclusión, una segunda parte que no decepciona y que se divide en dos historias bien diferenciadas: la lucha de Rohan contra Saruman el Blanco en Isengard con parte de la Compañía y el lento camino hacia Mordor de dos hobbits y un Gollum para destruir el Anillo Único y salvar la Tierra Media. Una novela que te enamora todavía más del increíble mundo de Tolkien. Extraordinaria.

2 comentarios:

  1. Me encanta esta trilogía. La leí con el corazón en un puño. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
    Un abrazo.

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    1. ¡Muchísimas gracias! Ésta es una de mis trilogías favoritas, nunca me canso de releerla. Enhorabuena por tu blog, me ha gustado mucho y allí me quedo también :)

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