miércoles, 4 de septiembre de 2019

Reseña: Terapia. Sebastian Fitzek.

TerapiaTítulo: Terapia
Título original: Die Therapie
Autor(a): Sebastian Fitzek
Año: 2006
Género: Thriller. Intriga. Psicología.

Puntuación: 4'5/5



SINOPSIS

Ni testigos ni pistas ni cadáver. Josy, la hija de doce años del conocido psiquiatra Viktor Larenz, desaparece en misteriosas circunstancias de la consulta del médico que la trata de una extraña enfermedad. Cuatro años después, Viktor, sumido en una profunda tristeza, se ha retirado a una remota casa en una isla del Mar del Norte. Allí lo localiza una hermosa desconocida que padece alucinaciones: ve constantemente a una niña pequeña, una niña que padece una extraña enfermedad y que desaparece de la consulta del médico sin dejar rastro. Viktor inicia entonces un tratamiento con la desconocida, pero la terapia se convierte paulatinamente en un dramático interrogatorio... ¿Es posible lo inconcebible? ¿Describen los delirios de Anna los últimos días de Josy?



RESEÑA

¿Un thriller con tintes psicológicos? ¿Un misterio con un psiquiatra de por medio? Nada más leer la sinopsis supe que tenía que leerlo y este me atrapó por completo.

El exitoso psiquiatra Viktor Larenz vive preocupado por su hija Josy, la cual aqueja una extraña enfermedad con violentos accesos de convulsiones y sangrados, a la que ningún médico puede dar solución. Incapaces de dar con su diagnóstico ni con un tratamiento eficaz, el doctor Larenz abandona su consulta habitual y se vuelca en ayudar a su hija de 12 años. Un día cualquiera, en su ronda habitual de consultas médicas, Josy desaparece de la sala de espera de alergología sin dejar rastro.


Cuatro años después el caso sigue sin respuesta y Viktor Larenz sigue desesperado por hallar el cuerpo de su hija, mientras que su mujer todavía tiene esperanzas de encontrar a Josy con vida. Intentando poner punto final a la agonía de la búsqueda, el doctor Larenz decide responder a una entrevista de una revista y se recluye en su remota casa en una pequeña isla del Mar del Norte para preparar sus respuestas.
Allí lo acosan los recuerdos, que empeoran cuando una misteriosa desconocida que dice llamarse Anna Spiegel, le asegura que es esquizofrénica y que tiene alucinaciones en las que ve a una niña pequeña que padece una indescifrable enfermedad y desaparece de la consulta de un médico.

"- Ha de saber que durante todos esos años, tras la desaparición de Josy, consideré que no existía nada más cruel que la ignorancia. Cuatro años sin ninguna pista, sin dar señal de vida. A veces deseé que sonara el teléfono y nos dijeran dónde yacía su cadáver. Creía que no había nada peor que flotar entre la suposición y el saber, pero me equivoqué. Porque ¿sabe lo que es aún más espantoso? -El doctor Roth lo miró inquisitivamente. - La verdad"

Una tormenta inesperada los deja aislados en la isla y mientras Viktor se debate entre tratar o no a la enigmática mujer, su investigador privado realiza avances en la investigación de Josy cuando empiezan a surgir pistas de lo más inverosímil. Las descripciones de Anna coinciden con todo lo que Viktor recuerda de Josy, por lo que Viktor comienza una terapia a contrarreloj dispuesto a descubrir los misterios que se esconden tras esa incomprensible casualidad de que Anna pueda saber lo que sucedió con su hija.

Escena de Shutter Island

No había leído nada de Sebastian Fitzek anteriormente y no sé cómo no me había enterado de la existencia de este genio del suspense. Sebastian es capaz de mantener en vilo a los lectores haciendo que la lectura de este thriller se vuelva adictiva (empecé a leerlo por la mañana y no paré hasta terminarlo sin sentir hambre ni sed). Cada capítulo, alternando presente y pasado, genera nuevas incertidumbres cambiando de sospechoso en cada página y haciendo que dudes de todos y de todo manteniendo el misterio hasta el final.

"La esperanza es como una astilla de vidrio clavada en el pie. Mientras permanece clavada en la carne sientes dolor a cada paso que das, pero una vez que te la han extraído la herida sangra un poco y tarda un tiempo en cicatrizar, pero al final uno puede seguir caminando."

Viktor Larenz es el protagonista perfecto pero solo al llegar al final te das cuenta de las capas de personalidad que Sebastian ha ido creando una encima de otra para revelar a un hombre que engancha, con el que sufres desde la primera hasta la última página. Y por supuesto el personaje de Anna Spiegel resulta impecable como complemento a la historia, una sospechosa que te hace dudar en todo momento, sin saber si su locura es real o no. Es inevitable entrar en modo paranoico y analizar cada palabra, pero cuando piensas que estás más o menos encaminado, de repente la trama toma otro rumbo distinto y te deja desconcertado.

Escena de Shutter Island

Fitzek consigue mantener una trama de lo más enrevesada y confusa haciendo que dudes sobre lo que es real y lo que es imaginario. Y cuando crees que ya has descifrado lo que ha sucedido y quién es el culpable, un nuevo giro argumental te hace replantearte todo de nuevo, haciendo que sea imposible soltar el libro hasta que no llegas al final.
¡Y vaya final! Con un estilo que me recuerda a la película Shutter Island, Fitzek consigue crear una narración ligera y dinámica con un protagonista potente y enigmático y un secreto final absolutamente sorprendente, para completar un thriller absorbente que te volverá loco.
No llega a alcanzar el nivel de El Psicoanalista, mi thriller psicológico de cabecera, pero se le acerca mucho.

"De vez en cuando, hasta las personas más inteligentes actúan de un modo extravagante y ridículamente ilógico. Prácticamente todos los que usan un mando a distancia, por ejemplo, tienen la inveterada costumbre de pulsar las teclas con más fuerza en cuanto las pilas empiezan a gastarse. Como si se pudiera exprimir la energía eléctrica como el zumo de un limón."

En conclusión, un apasionante thriller psicológico que no querrás dejar de leer hasta averiguar lo que ha sucedido en un caso de desaparición con muchos enigmas en el caminoSebastián Fitzek eleva la palabra suspense a la genialidad.

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